El Banco Central, que está atento de la inflación, crecimiento del PIB y creación de plazas de trabajo, a final de abril dejó en 5.50% anual el precio del dinero, donde ha estado instalado desde final de junio 2018.
Como un aumento o reducción suele trasladarse a lo que cobra y paga el banco múltiple, en líneas generales el congelamiento es buena noticia para los que piden créditos, y para las actividades económicas generales. De hecho el crecimiento del PIB fue sólido en los primeros dos meses del año, interanual un 5.9%, impulsado, principalmente, por consumo de las familias y la inversión privada, sectores que dispusieron de la liquidez necesaria, lo dice la evolución de la masa monetaria ampliada, un indicador de corto plazo que mide, principalmente, el dinero para comprar bienes y servicios, a marzo aumentó 3.6%.
El crecimiento del PIB lo califiqué de sólido, además, por la baja inflación, a febrero veintiocho décimas menos con respecto a marzo que interanual marcó 1.47%, comportamiento que contribuyó con la competitividad de nuestras empresas en el exterior, recordemos, la inflación es un factor determinante.
El avance de marzo se debió, principalmente, al componente transporte que explica la mayor parte de la variación por encarecimiento del galón de gasolina regular, en el mercado local esta semana subió un 20%, a 231.30 pesos, comparado con 192.70 pesos en diciembre 2018, y del gasoil regular, aumento un 12.2%, de 165.10 a 185.30 pesos, explicado por el barril WTI, en dólares aumento un 36.4%, de 45.41 a 61.94 el pasado viernes.
Siguiendo la opinión de expertos en petróleo, podemos esperar que los efectos del encarecimiento se disipen y que la inflación llegue gradualmente hasta la meta de 4.0% ± 1.0%, con la economía crecimiento sólido.
Cierro con estos comentarios. En un entorno externo complejo y cambiante no es fácil tomar la decisión correcta de política monetaria, preocupándose por la inflación y reflexionando sobre el crecimiento del PIB. Me viene a la mente el mea culpa de Winston Churchill, ministro del Tesoro de Reino Unido, sobre el error que cometió cuando en 1925 recomendó y ejecutó el regreso del Reino Unido al patrón oro. Provocó pérdidas económicas y financieras a familias, empresas y gobierno, y en la población amplió la desigualdad monetaria.
Ese y muchos otros ejemplos históricos que puedo citar no deben olvidarse, como dicen los historiadores, para entender lo que sucede se deben conocer los hechos del pasado, y la causa de causas. Cuando de manera crítica se revisa nuestra historia monetaria contemporánea, se extrae que la política monetaria ha sido y es equilibrada, el Banco Central no sobra-valora el objetivo de precios con relación al crecimiento del PIB, tampoco lo contrario, las explicaciones son dos.
Uno, el conocimiento técnico de cómo evoluciona la inflación y el papel de las políticas regulatorias. Como sucede, para la estabilidad de los precios a mediano plazo el Banco Central debe mantener una fuerte vigilancia sobre los riesgos internos y externos.
Y dos, a diferencia de otros países de la región, se ha mantenido distante de las presiones políticas para que las tasas de interés y la inflación se muevan en determinado sentido. Como el conflicto actual Trump-Reserva Federal.