Es evidente que Ramón Ventura Camejo, quien en el 2015 llevó ante el Comité Político la propuesta de modificación constitucional que le abrió  las puertas a la reelección del presidente Danilo Medina, está convencido, contrario a lo que sentencia la conocida expresión, de que segundas partes sí pueden ser buenas. También es evidente que la   situación del PLD de hoy no es la misma que en el 2015, que el rechazo a la reelección dentro y fuera del partido de gobierno es tan grande que no sería posible el pacto que atajó una crisis divisionista en la que todos saldrían perdiendo, pero aún así el Ministro de Administración  Pública se atrevió a proponer hace algunos días que se permita la inscripción del presidente Medina en las primarias en las que se escogerá el candidato presidencial, una propuesta tan descabellada, además de inconstitucional,  que fue considerada una provocación y   rechazada de inmediato. Y como si eso no fuera suficiente, ayer calificó en su cuenta de twitter de “atraco”, por carecer de legitimidad democrática,  el acuerdo de 15 puntos resultante de su propuesta  a pesar de que lo   firmó y se comprometió  a respetarlo, al igual que los demás miembros del Comité Político en ese momento  conscientes de que era la única forma  de garantizar la integridad del PLD y, lo mas importante, la continuidad en el poder. Como era de esperarse el twit  provocó reacciones inmediatas, la mas sazonada de todas, pero no la única,  de la vicepresidenta Margarita Cedeño, quien le recordó a su compañero de partido que el liderazgo tiene que ser “responsable y apegado a la verdad”. Desde luego, Ventura Camejo no es el único en el PLD que arrojó a la basura los principios boschistas y el respeto a las mas elementales reglas  de la vida en democracia, pero es tal vez el mejor ejemplo de lo mucho que ha cambiado el poder a los peledeístas, que han acabado convirtiéndose en lo que tanto despreció   y combatió el profesor Juan Bosch.