Platos con leche, probemos los más sabrosos

Platos con leche, probemos los más sabrosos

La leche es un alimento necesario en la dieta humana desde el nacimiento, pero además es un ingrediente prácticamente indispensable en la elaboración de muchos platos dulces y salados, a los que aporta calcio, vitaminas, minerales y un sabor especial a cada receta. Es un alimento altamente nutritivo ya que es fuente de carbohidratos, proteínas y bajo en grasa.
Existen diferentes tipos de leche de vaca, los cuales se consumen de dos formas fundamentales: las leches de consumo inmediato (certificada, higienizada, pasteurizada y concentrada) y las leches conservadas (esterilizada, evaporada, condensada y en polvo).
La leche pasteurizada o leche fresca, es una leche sometida a temperaturas de 70 grados, que aseguran la destrucción de bacterias, pero mantienen intactas sus cualidades nutritivas. Es la de uso más frecuente y la que se utiliza para la fabricación de queso, yogur, cuajada y otros productos derivados.
La forma pasteurizada es la más consumida, sin embargo, las conservadas en sus versiones evaporada y condensadas son las más utilizadas en la elaboración de recetas, especialmente dulces.

RECETAS

Leche frita con leche condensada

1 lata pequeña de leche condensada
1/2 libra de harina de maíz
500 ml de agua
1 huevo
La piel de medio limón
1 rama de canela
Aceite de girasol
1 taza azúcar
1 rama de canela y canela en polvo a gusto
Harina para rebozar
Preparación. Mezclar la leche condensada con el agua y remover para mezclar bien. Reservar 100 ml. Poner el resto en un cazo al fuego con la rama de canela y la piel de limón. Calentar y retirar antes de que llegue a hervir y dejar infusionar 5 minutos. Retirar la piel de limón y la canela. Mezclar la preparación reservada con la harina de maíz, remover hasta que no queden grumos y añadir al cazo. Volver a colocar el cazo en el fuego y remover con varillas hasta que espese. Verter la preparación en una bandeja rectangular y cubrir con papel film tocando la superficie para que no se forme piel. Dejar enfriar como mínimo 2-3 horas en la nevera. Una vez cuajada, cortar en cuadrados y rebozar en harina y huevo. Freír en abundante aceite caliente. Escurrir en papel absorbente y echar azúcar y canela molida.

Queso ricotta casero

1 litro de leche de vaca entera
1/4 taza de vinagre blanco
1 pizca de sal
Preparación. En una olla, poner la leche y dejar que llegue a punto de ebullición, moviendo constantemente con una cuchara de madera, plástico o silicón para evitar que se pegue y se queme el fondo. Cuando esté hirviendo, agregar el vinagre blanco y revolver un poco más. Apagar el fuego y dejarla enfriar a temperatura ambiente; colar en un colador fino o con un lienzo o gasa, agregar la pizca de sal y revolver.

Mayonesa  de leche

100 gramos de leche fresca
240 gramos de aceite de oliva
Sal
Vinagre
Preparación. Verter la leche en la licuadora, un chorrito de aceite de oliva y la sal y licuar. Cuando emulsione, apagar y agregar un chorrito de vinagre. Batir de nuevo y agregar poco a poco el aceite de oliva. Cuando tenga la textura deseada la mayonesa con leche estará lista para disfrutarla.

Granizado de café con leche condensada

2 cucharadas de leche condensada
2 cápsulas de Nescafé
Preparación. Verter el contenido de las dos cápsulas de Nescafé en una bandeja y dejarlo reposar en el congelador. A los 20 minutos rascar con un tenedor sobre la superficie para romper los cristales de hielo y evitar que se congele todo en forma de bloque. Repetir este paso dos veces hasta obtener la textura de granizado. Servir y añadir la leche condensada.

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