La 4T necesita más ingresos… y ahí va el SAT

La 4T necesita más ingresos… y ahí va el SAT

An Uber car (front) and a Yandex.Taxi car drive on a street in Moscow on July 13, 2017. Uber on July 13, 2017 announced that it was merging in Russia and five other ex-Soviet states with the taxi hailing app of the country's leading internet giant, Yandex. / AFP / Vasily MAXIMOV

MEXICO.- Uno de los retos más grandes para la nueva administración es un simple juego de números.
La Cuarta Transformación (4T) tiene que fondear programas sociales un tanto agresivos mientras le quita carga fiscal a Pemex, la compañía petrolera más endeudada del mundo que no ha logrado frenar la caída en su producción.
Esto lo tiene que hacer sin la creación de nuevos impuestos para cumplir promesas de campaña y mantener niveles de aprobación. ¿Dónde puede el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador encontrar más dinero?

Parte de la respuesta está en la economía digital. México se ha vuelto un mercado importante para gigantes como Uber Technologies, Airbnb, Netflix y Amazon.
En la Ciudad de México, un Uber llega en minutos, mientras que un paquete de Amazon puede tardar menos de 24 horas.

Mientras más mexicanos se enamoren de ventajas que ofrece esta revolución digital, las posibilidades de recolección tributaria van a ir creciendo.

Hay grandes obstáculos para fiscalizar a esta nueva economía, y no es una pregunta que solo México se hace.
Las mentes fiscales más brillantes llevan años debatiendo cuestiones como, si alguien en México descarga una película de un servidor en Estados Unidos, ¿dónde se paga el impuesto sobre la renta? ¿A qué Gobierno pertenece ese ingreso? La respuesta no es sencilla.

Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, la Unidad de Política Tributaria dentro de la Secretaría de Hacienda comenzó un trabajo intenso para responderla, al menos en su faceta más sencilla.

El gobierno se sentó a negociar con algunos de los más grandes participantes, Uber y Airbnb, para iniciar un programa piloto de fiscalización voluntaria yendo atrás de lo más sencillo de gravar: el ISR y el IVA de aquellos que obtienen ingresos por medio de sus plataformas. Ahí no hay mucho que debatir.
Un conductor de Uber en la capital genera ingresos por medio de una actividad económica en la ciudad; el impuesto a sus ganancias se paga en México.

Como lo reportó en exclusiva Bloomberg Businessweek México, en noviembre Uber aceptó el trato, mientras que Airbnb rechazó unirse. En su momento, una fuente cercana a las pláticas aseguró que, aunque las negociaciones se alargaron por más de un año, la compañía finalmente no quiso tener la obligación de remitir a las autoridades el RFC de sus usuarios, pero sigue interesada en dialogar para llegar, quizás, a otro tipo de acuerdos.

Lo más importante de este acercamiento inicial fue el camino que le dejó “planchado” al nuevo Gobierno. La semana pasada, el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, anunció la formalización del acuerdo con ocho plataformas.
Menos crudo
Menos crudo significa menos exportaciones, menos ventas, y claro, menos impuestos, sin importar cuántas deducciones se le ofrezcan.´No se puede exagerar la dificultad del balance que anhela el gobierno. Aumentar inversiones en Pemex, bajar la deuda, eliminar su vulnerabilidad a robos, reducir la nómina, construir y operar una séptima refinería, reparar las otras seis. Todo apoyado de descuentos a sus impuestos.

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