Si bien es cierto que se han mejorado las condiciones socioeconómicas de maestros y maestras con la aprobación del 4% para la educación, aun así, se presentan maestros y maestras que siguen viviendo en condiciones de pobreza y precariedad, sobre todo algunos de los/as que trabajan en comunidades rurales del país.
En comunidades rurales lejanas y/o ubicadas en las montañas encontramos a maestros y maestras que se trasladan a la comunidad desde el domingo en la tarde y se quedan a dormir allí hasta el viernes que regresan a sus hogares.
Estos maestros y maestras no cuentan muchas veces con medios de transporte y se trasladan a base de motoconchos, burros o caballos o pidiendo “bolas” para llegar a la comunidad. Allí instalados comen una vez al día, al igual que las personas que residen allí, y viven las condiciones de pobreza o pobreza extrema características del lugar con precariedades en las viviendas, para conseguir agua cargándola del rio, con poco abastecimiento regular de energía eléctrica y señales para la comunicación con celular.
Cuando este maestro/maestra se enferma tiene muchas dificultades. El seguro de salud para maestros y maestras no le garantiza una atención en salud segura y de calidad. En muchas comunidades y entre maestros/as se recolectan fondos para ayudar a maestros y maestras enfermos/as. Se presentan casos de maestros/as que han muerto por falta de recursos para una diálisis o para una intervención quirúrgica de emergencia.
El currículo que deben desarrollar estos maestros y maestras en las escuelas es el mismo que el que enseña en una escuela urbana, urbano-marginal o en un colegio privado de estratos medios. Aun cuando las condiciones para desarrollar su labor educativa son altamente precarias porque no cuenta ni siquiera con las condiciones de calidad de vida para ello.
La calidad de la educación que puede ofrecer un maestro o maestra en esas condiciones no es la misma que un docente que trabaje en un colegio privado de estratos medios. Sin embargo, el currículo es el mismo. El sistema educativo no toma en cuenta la realidad del personal docente ni de las comunidades en la que se imparte docencia. El personal docente y las comunidades rurales deben tener atención distinta y una inversión en recursos e incentivos mucho mayor que en el resto de las escuelas del país.
El esfuerzo y la labor del docente en nuestro país deben ser reconocida no solo con el día del maestro sino en todo momento. Tienen la responsabilidad de formar a nuestras nuevas generaciones y acompañarlas en los procesos de cambio social y cultural de la que son protagonistas.