Debacle económica ¿en China?

Debacle económica ¿en China?

En mi entrega de la pasada semana me refería como a pesar de las señales oficiales, de que se podría estar gestando una situación económica compleja para los próximos meses, hay “economistas y entendidos en la materia” que optan por confundir esperanzas con realidad y pretenden no ver las evidencias muy claras, unido a advertencias igualmente serias.
Hoy voy a referirme a reacciones parecidas mayormente de políticos pero también de especialistas cuando pretenden descalificar a algún país, alguna política o un eventual escenario del cual quieren proyectar una imagen que perfectamente puede caer en ese nuevo término puesto de moda de “verdades alternativas” aunque, en este caso, no se basa, precisamente, en una mentira – “fake news” – sino en una interpretación desdibujada de la realidad.
La algarabía surge a partir de que oficialmente el gobierno chino anunció que en el trimestre abril –junio la economía creció “solamente” 6.2% lo que inmediatamente algunos destacaron que era el “peor” resultado desde 1992. Parecería entonces que en China se acercan a una tragedia. Menos atención dedicaron al hecho de que en el semestre el aumento fue de 6.3%, nivel dentro de lo pronosticado de 6 a 6.5%. Lo alcanzado, si se mantuviese igual para todo el año, comoquiera le permitirá alcanzar la meta de duplicar la economía en 2020 con relación a 2010. ¿Qué otra potencia puede hoy igualar ese resultado en un decenio? Mucha menos atención se ha dado a otros indicadores que demuestran que la economía no está colapsada ni va en esa dirección: la producción industrial aumentó 6.3% y la minería creció 22.3%, mantuvo la política de reducción de deuda y alcanzó superávit comercial. Claro que los aranceles afectan a todos y con frecuencia más a quienes los aplican que a quienes los reciben. China tiene muchas reservas para soportar y hasta desviar cualquier presión externa o interna. No enfrenta las limitaciones burocráticas que, por ejemplo, tiene EEUU y puede utilizar sus inmensos recursos para estimular el consumo interno convertido en el motor económico desde la crisis iniciada en 2008.
China creció a un ritmo de 10.4 y 10.5% en las décadas de los noventa y el 2000, respectivamente, y en la medida que su economía madura va reduciéndose inevitablemente el crecimiento relativo aunque se mantiene en términos absolutos. A finales de los setenta apenas aportaba un 1.8% a la economía mundial y hoy su aporte es superior al 16% y sigue creciendo. Según la ONU su PIB escaló desde 150 mil millones en 1978 a 12 240 000 millones en 2016. Creciendo 6% duplica el crecimiento estadounidense de 3% lo que significa que se le acerca cada vez más hasta que en 2030, como prevé el FMI, habrá sobrepasado a Washington al que igualmente la India lo habrá rebasado. Al conocer el crecimiento de 6.2% del segundo trimestre el presidente Trump aseguró que la crisis tiene a Beijng desesperado por llegar a un acuerdo aunque más tarde reconoció que las negociaciones serán muy largas. Tuiteó que miles de compañías quieren irse de China dato que la inteligencia se lo ha dado solo a él.

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