Reguladores advierten sobre los altos préstamos corporativos

Reguladores advierten sobre los altos   préstamos corporativos

Suenan las campanas de alarma por el aumento de los préstamos de riesgo a empresas. Los reguladores en Estados Unidos y Europa han señalado los peligros del endeudamiento empresarial excesivo.
Lo que está en juego es el mercado de los préstamos apalancados, un mercado de un billón 300 mil millones de dólares compuesto por préstamos de alto rendimiento acumulados por empresas con finanzas más que débiles. Aunque las autoridades de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo han advertido por el sobreendeudamiento de las compañías y el deterioro de los estándares de esos préstamos titulizados (esto es, convertidos en paquetes de títulos llamados obligaciones de préstamos colateralizados o CLO), la mayoría de los reguladores tienen el cuidado de decir que es poco probable que se repita otro 2008, pues la mayor parte de esa deuda está en manos de inversores, y no de bancos.

Sin embargo, eso ha creado un nuevo tipo de riesgo, potencialmente más peligroso. Precisamente porque cerca del 85% de los préstamos apalancados están en manos no bancarias, los reguladores no pueden identificar dónde se concentran los riesgos y cómo se propagarán en el sistema financiero cuando la economía cambie. Cada vez hay más críticas que cuestionan si los reguladores como la Fed tienen controlado el problema o si tienen las herramientas para contener las consecuencias. Una gran preocupación es que las empresas altamente apalancadas que emplean a miles puedan sufrir un fuerte estrés financiero y, en algunos casos, la insolvencia, lo que profundizaría la próxima recesión. «Siempre me recuerdo a mí mismo que incluso el formulador de políticas más inteligente, con la perspectiva, los datos y las herramientas de mayor alcance, no supo anticipar la amplitud y la profundidad de la crisis inmobiliaria», apunta Mark Spindel, director de inversiones de Potomac River Capital. «Los préstamos apalancados y la deuda corporativa no son viviendas ni hipotecas, pero tal vez son más comunes de lo que pensamos. No podemos obviar ningún crecimiento en préstamos apalancados, las titulizaciones de préstamos corporativos o la deuda privada».

Las señales de una asunción de riesgos excesivos han aparecido en numerosos mercados. Pero los préstamos apalancados han llamado la atención debido en parte a la ligereza con que están regulados. Alimentado en buena medida por la demanda de obligaciones de préstamos colateralizados que ofrecen tasas de interés próximas al 9 por ciento en las deudas de más riesgo, el mercado de los préstamos apalancados se a más que duplicado desde 2012. Una de las ironías es que gran parte de ese riesgo denunciado por los bancos centrales y los reguladores ha sido causado por ellos mismos.

Gracias a años de tasas ultrabajas hoy es más fácil que nunca que las compañías con menos capacidad crediticia pidan prestadas grandes sumas de dinero, y son esas mismas tasas las que empujan a los inversores hacia inversiones más riesgosas. También se ha incrementado la banca en la sombra.

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