El mayor general Luis Alberto Núñez Guzmán fue el primer jefe de la Policía que visitó el barrio de Gualey. Ya mis hijos eran miembros de la Policía.
Cuando leí la noticia vi una buena señal: la Policía debía trabajar en la prevención del delito.
Aquel sábado en la mañana, visité a mi amigo el general Vinicio Perdomo Féliz, hombre de gran sensibilidad social, entonces Inspector General de la Policía.
Hablamos con Núñez Guzmán a quien le propuse un plan de acercamiento entre la Policía y la comunidad. Le interesó y lo acogió. Núñez Guzmán solicitó aprobación al presidente Joaquín Balaguer, le informó que la idea original era mía y el mandatario le manifestó su consentimiento.
En la primera visita al padre Royo, párroco de la iglesia en Gualey fuimos acompañados del general Jáquez Hernández, excelente oficial.
El padre acogió la idea con verdadero interés. Le explicamos la propuesta de que su parroquia fuera el centro de un movimiento que involucrara todas las iglesias, gente de todos los partidos, trabajadores, estudiantes, maestros, profesionales liberales, amas de casa, deportistas, juntas de vecinos, comerciantes, empresarios, artistas, en fin, una genuina representación de la comunidad.
Así comenzamos el Programa Policial de Integración Comunitaria (PPICO). A poco todas las fuerzas, organizaciones y personalidades de la zona cercana al río Ozama participaban de las acciones que se realizaban.
Coordinados con el Ayuntamiento, las secretarías de Obras Públicas, Salud Pública, Deportes, la Corporación de Acueducto, jóvenes empresarios, las Fuerzas Armadas, se realizaron operativos para mejorar el suministro de agua y electricidad a los barrios, construcción y asfaltado de calles, saneamiento de cañadas, saneamiento de las letrinas.
Empresarios de Herrera, tales como César Nicolás Penson, Salvador Figueroa, Tavárez, Vega, Domingo Fermín, de Gualey y otros, proporcionaron transporte diario, ida y vuelta, a los interesados en asistir a la escuela laboral de las Fuerzas Armadas, distante varios kilómetros.
Freddy Beras Goico, el padre Francisco Arnaiz, el empresario George Arzeno Brugal y otras personalidades, se unieron al esfuerzo y contribuyeron, también al éxito del mismo.
Núñez Guzmán auspició con inteligencia un plan de prevención del delito.
Jóvenes delincuentes entregaron voluntariamente, sus letales armas blancas en un acto de arrepentimiento.
Se crearon canchas de baloncesto y se colocaron canastos en cañadas y lugares donde el espacio no daba para más.
Mientras el PPICO operó en Gualey no se disparó una bomba de gases lacrimógenos.
El mayor general Antonio Imbert Tesson fue un entusiasta colaborador del PPICO, al ser designado para suceder a Núñez Guzmán en la jefatura de la Policía.
El PPICO ha sido la experiencia más eficiente de prevención del delito. Habrá que escribir la experiencia del PPICO para que sirva de ejemplo, para que se estudie, que no se pierda.