¡El corazón del Albergue Olímpico!

¡El corazón del Albergue Olímpico!

Herminio y su alter ego Píndaro están de pláceme… ¡Disfrutan del Albergue Olímpico mientras nuestras atletas luchan por el medallero olímpico!… El arquitecto Caonabo Castro está de risitas… Luisín Mejía, el guía del Comité Olímpico Dominicano, los ha invitado para que proyecten a nuestros lectores de ‘esa tacita de oro’ que tenemos para las futuras generaciones. Hace quince días, nuestros dos aventureros empezaron a contarles los detalles, desde que iniciaron su visita, y… ¡siguen respirando de salud!
“Cada módulo tiene un jardín interior. Poco a poco hemos ido poniéndoles lo que es el paisajismo”–nos explica el arquitecto, mientras siguen caminando por las instalaciones-. “La gente en la Villa Olímpica todavía sigue allá en Las Américas. Recuerde, que esto no es para vivir. Esto va a ser una base de entrenamiento” –nos comenta sacando su pecho lleno de orgullo-. De repente, un penetrante olor a sazón del bueno nos llena el olfato… “Herminio –exclama Píndaro-, ¿Y no disque tú no tienes olfato?… “Jajajajajaja –ríe Herminio a mandíbula batiente-. “Cuando son de este calibre, cualquiera lo disfruta” –le responde-. Y, el arquitecto de inmediato interviene “Este es el comedor, de este lado, y la cocina. La cafetería maneja 250 personas, simultáneamente, y toda el agua proviene de una planta de tratamiento. Se les hacen sus exámenes en varios laboratorios de acá. Tenemos dos neveras para conservar la comida que se cuece y, luego, se guarda en neveras especiales para que no haya cambio de temperatura y evitamos así la creación de bacterias. Aquí llega al atleta, y sale lo más sano posible. Nosotros evitamos que puedan llegar a tener algún problema intestinal. Para ello, manejamos las ensaladas, los postres, los jugos. Todo lo que no es caliente –nos dice, mientras nos mira a ambos, lleno de satisfacción-. Para asegurar el respeto por los demás al momento de pasar a comer, tenemos el control de acceso a los atletas.
En cosa de segundos, un señor vestido de blanco hasta el cuello se nos acerca. “Jesús Cabral –nos dice, extendiendo su mano derecha- Soy el chef en pastelería y panadería”. Y, el arquitecto comenta, “Esta estructura contempla un chef general, un subchef que maneja toda la cocina, un encargado de lo caliente, un encargado de panadería y repostería, y un encargado de la cafetería y, luego, están los empleados. Hay que trabajar con un 50% de grasa vegetal, por el asunto de la alimentación de los atletas, trabajar con carbohidratos” –mientras nos miramos asombrados de este control extremo para nuestros atletas-. “A los postres, les bajamos el azúcar. Si probamos los postres, ustedes se los van a encontrar desabridos porque el problema es el azúcar. Todo el tema de la grasa es reducido, porque controlamos ese tipo de cosas de forma muy diferente. No usamos los preservantes, porque esa es una de las cosas que influyen mucho. Por ejemplo, los panes que acostumbramos a comprar en las cadenas de supermercados tienen mejorante de masa y, nosotros no lo usamos porque no lo necesitamos. Eso es para conservar y, aquí el pan se hace diario, o interdiario, dependiendo de la necesidad” –expresa, muy seguro de sí-.
Píndaro, que es un curioso por naturaleza, mete la cuchareta y exclama: “¿Y cuántos asistentes de cocina tienes para manejar este ejército de atletas?”. Su respuesta no se hace esperar: “Tengo ahora mismo dos personas, aparte de mi”. El asombro es cada vez mayor, que puedan tener tanta eficiencia con un reducido número de profesionales en esta importante área que es la de alimentación. “Ahora estamos trabajando con el tema de la nutrición –nos informa- y, vamos a presentar un plan nutricional. Varias personas están trabajando conmigo en ese plan. Le puedo mencionar al señor Félix Sánchez, hay además un nutricionista. Vamos a integrar el tema de medicina deportiva y, para ello está Mayobanex Mueses. Gente con experiencia. Con el señor Nelson Ramírez estamos desarrollando la idea para ofrecer salud a nuestros atletas, por lo menos 60 días antes de una competencia, el cómo deben alimentarse para cada disciplina”-completa-.

Y, Píndaro y Herminio, le cuestionan: ¿Diría usted que este es corazón del Albergue Olímpico? La respuesta no se hace esperar: “La comida, y el descanso en su habitación, para nosotros son innegociables”.

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