La contundencia de los datos estadísticos nos muestra a China como segundo socio económico de la región con “gran potencia”, dice la CEPAL, lo que significa que no le queda mucho en esa posición. China se convertirá en fecha cercana en el principal socio comercial del área. Desde hace algo más de un año a la fecha los Estados Unidos han recobrado influencia política por los nuevos gobiernos surgidos pero ello no augura ningún cambio significativo hacia China porque para algunos de esos socios renovados China es ya demasiado importante para intentar reducir sus vínculos con ella. El propio brasileño Balsonaro ha adecuado su inicial retórica antichina, lógico ya que el 27% de sus exportaciones van a ese país. Para varias economías notables latinoamericanas China es ya el principal socio en comercio y no pocas naciones están en búsqueda de incrementar sus lazos.
En 2018 el intercambio de la región con China alcanzó los 307 400 millones de dólares – un aumento de 18.9% sobre 2017 – comprando en éste país 148 790 millones de dólares – incremento de 13.7% – y exportándole 158 610 millones – aumento de 24.1% – para un superávit regional de 9 820 millones de dólares, sustentado en grandes ventas de cereales, minerales y nuevos rublos con agregación de valor y creciente demanda en China, como productos alimenticios. En consecuencia, de un nivel de participación de 52% que tenía EEUU en el comercio de la región a inicios delsiglo ha caído a alrededor de un 32% en tanto China ha subido desde 1% a cerca del 15%. Entre Argentina, Brasil, Chile, México, Perú y Venezuela acumulan el 95% de las exportaciones a China pero Brasil y Chile representan el 60% del total de las ventas – la nación andina destina al coloso asiático el 25% de sus ventas internacionales -. Para el resto China asimila entre el 15 y el 20% de sus exportaciones. No menos relevancia tiene el flujo de inversión china para toda la región superando ampliamente los 100 mil millones acumulados y un promedio de entrada de recursos cada año del orden de los 10 mil millones. Solo de 2011 a 2017 invirtieron más de 70 mil millones mientras que de 2001 a 2005 solo desembolsaron 4 400 millones. En un trabajo reciente señalé la fuerte inversión china en las naciones del Caribe tanto en infraestructura como en el sector turismo acumulando cerca de 10 mil millones.

El proyecto de la Franja y la Ruta de la Seda ya ha atraído a 19 naciones del continente que han firmado memorandos de participación en el mismo al ver una granoportunidad de desarrollo de infraestructuras y logísticas para la facilitación del comercioinsertándose en una red de comunicaciones verdaderamente global lo que ha de representar más intercambio e inversiones.

Lo cierto es que en este Hemisferio, y comprendo Norte, Centro y Sudamérica – obviamente me refiero desde Alaska -, es imposible prescindir de hacer negocios con China, se diga lo que se diga y se haga lo que se haga.