CONSULTORIO DE NUTRICIÓN

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P: ¿Cuál es el mejor tipo de grasa que deben consumir los pacientes diabéticos?

R: Según la Academia Americana de Medicina una dieta saludable contiene un 20-35% de sus calorías totales en forma de grasas. Las Guías Alimentarias Estadounidenses (2015-2020) recomiendan reducir las grasas saturadas a menos del 10% de las calorías totales porque aumentan el colesterol “malo” (LDL-Colesterol) y el riesgo de aterosclerosis.
Por otro lado, los patrones de alimentación que substituyen los alimentos ricos en hidratos de carbono (“carbohidratos”) por grasas, controlan mejor la glucemia y algunos factores de riesgo cardiovascular (colesterol-HDL o “bueno” y triglicéridos) que las dietas bajas en grasa.
Pero lo que importa no es la cantidad total de grasa de la dieta sino el tipo de grasa (Qian F y col. Diabetes Care 2016;39).
Los diabéticos deben reducir al mínimo el consumo de grasas trans, presentes en comidas rápidas y otros alimentos; pero no es necesario eliminar las grasas trans de los lácteos y cárnicos, debido a que es escasa.
El colesterol no es un nutrimento esencial de la dieta, ya que el organismo lo puede sintetizar a partir de las grasas saturadas; y además, el colesterol de la dieta no se relaciona con el riesgo cardiovascular.
Según la Asociación Americana del Corazón el bajo consumo de grasas saturadas, presentes en manteca, mantequilla, frituras, carnes grasosas, etc, y su substitución por grasas insaturadas, especialmente las poliinsaturadas (aceites de maíz, soya, girasol, pescados grasos, etc) se asocia con menor riesgo cardiovascular.
En el estudio PREDIMED, que incluyó casi un 50% de pacientes diabéticos, el consumo de grasas monoinsaturadas (aceite de oliva, nueces, aguacate, etc) y poliinsaturadas disminuyó el riesgo cardiovascular y la mortalidad, mientras que las grasas saturadas y trans se asociaron con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (Guasch-Ferre ´ M. y col. Am J Clin Nutr 2015;102).
Los diabéticos deben consumir por lo menos una ración de pescados grasos ricos en omega-3 (atún, salmón, sardina, arenque, etc) dos veces por semana, porque mejoran el perfil de las lipoproteínas y evitan la enfermedad cardíaca.
Pero los suplementos de omega-3 no reducen los eventos cardiovasculares en los diabéticos sin enfermedad cardiovascular, aunque sí disminuyen los triglicéridos (Bowman L. y col. N Engl J Med 2018;379).

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