El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales aseguró hoy que al área protegida en Valle Nuevo, de donde fueron desalojados cientos de productores y agricultores en las comunidades El Castillo y La Siberia en la parte de Constanza, no se han permitido nuevas labranzas o cultivos, ni la entrada de personas con fines de habitar asentamientos humanos, como ha salido a relucir en algunos medios de comunicación. Fuente externa 02/01/2019
Los 350 productores agrícolas que fueron desalojados del Parque Nacional Valle Nuevo en 2017 pasan por una crítica situación económica porque no tienen predios para trabajar, por lo que el alcalde de Constanza, Ambiorix Sánchez, exige al Gobierno central que instale los invernaderos que se les prometió.
De acuerdo con el funcionario, muchos de esos agricultores lo han perdido todo, y su situación se agrava porque acumulan deudas que hasta ahora son impagables.
Aunque Sánchez entiende que fue positiva la medida del Ministerio de Medio Ambiente, de prohibir la agricultura en esa área protegida, ante la depredación de sus recursos, hay un tema humano que no se puede obviar porque “de allí no sacaron animales, sino personas”.
“Los pequeños agricultores, que muchos de ellos vivían en Constanza o en el mismo municipio, se trasladaban a trabajar allí porque ahí era que estaba su zona de desenvolvimiento económico.
“Esa gente lo que tiene ahora son problemas económicos, porque toda su economía estaba basada en esa producción. Entonces hoy están en el aire, y a pesar de que se han hecho muchísimas movilizaciones, y que hay un proyecto por ahí de unos 200,000 metros de invernaderos como punto inicial, para que trabajen en forma de cooperativa, hoy en día todavía no se ha resuelto ese tema”.
Sánchez dijo que muchos de esos agricultores colaboraban con el cabildo en labores comunitarias, “y ahora van a buscar dinero para comprar comida o medicinas, por eso cuando usted ve eso es difícil quedarse indiferente”.
Asimismo expresó que una comisión integrada por él, un sacerdote y un pastor evangélico, se ha dedicado a darles esperanza a esos antiguos pequeños productores “y gracias a nosotros no ha ocurrido una tragedia porque se sienten frustrados al no recibir respuesta de las autoridades”.
Promesa incumplida. El 18 de enero de este año el Gobierno anunció que, para el mes de febrero, se instalarían 200,000 metros cuadrados de invernaderos, para la siembra de fresas, en una zona fuera de Valle Nuevo.
El proyecto, del que está a cargo el Ministerio de Medio Ambiente, comprende una planta empacadora, un almacén para insumos, un cuarto frío, un sistema de riego de alta tecnología y un sistema de nutrición para las plantas.
Además, cada productor tendrá la misma cantidad de tareas y será responsable de la siembra, cultivo, recolección, empaque, transporte y comercialización del producto.
El rescate de Valle Nuevo. En 2016 el Ministerio de Medio Ambiente implementó un Plan de Acción para el Rescate del Parque Nacional Valle Nuevo, cuya principal disposición fue la prohibición de las actividades agrícolas y ganaderas en ese parque.
Como parte de ese plan también se desalojaron 51 familias que vivían en las comunidades Castillo y La Siberia, y que se dedicaban a trabajar como jornaleros en los predios agrícolas.
Cuando se intervino la zona ya se registraban erosión del suelo a causa de las prácticas agrícolas, y presencia de sedimentos en el agua por excesiva escorrentía.
La ganadería también dejó un impacto negativo por la depredación de zonas boscosas, así como la contaminación provocada por agroquímicos y el manejo inadecuado de combustibles usados en plantas eléctricas para antenas de telecomunicaciones.
1. Producción de agua
Valle Nuevo, cuya área de extensión es de 910 kilómetros cuadrados y comprende las provincias La Vega, San José de Ocoa, Azua y Monseñor Nouel, es una de las reservas más importantes del país pues está integrada por 769 cuerpos de agua que ocupan 908 kilómetros cuadrados.
2. Los daños
Cuando se intervino la zona ya se registraba erosión del suelo a causa de las prácticas agrícolas, presencia de sedimentos en el agua por excesiva escorrentía, y contaminación por el uso de pesticidas y de combustibles para plantas eléctricas.