1954: el terror internacional agrede a Guatemala

1954: el terror internacional agrede a Guatemala

En el 1954 ocupaba el solio presidencial de Guatemala “La cuna de la civilización Maya”, el coronel Jacobo Arbenz Guzmán, sucesor en el poder del profesor Juan José Arévalo, autor del libro “La fábula del tiburón y las sardinas”.

 El presidente Arbenz dio un paso audaz, nacionalizando las tierras ociosas de la United Fruit Company, por los indios llamada “La Mamita Yunai”. Por esa acción el presidente Arbenz fue llamado “El coronel rojo de Guatemala”. Y se ganó un conjunto de  peligrosos enemigos: A los hermanos Allen y Foster Dulles, la United Fruit Company; a los Somoza de Nicaragua; a Trujillo nuestro ilustre jefe y a la  CIA, del Norte mirífico y fecundo.

Los enemigos de Arbenz se constituyeron en protectores del coronel Carlos Castillo Armas, para que protagonizara un “coup d’etat” y reemplazara a Arbenz. En cuanto a los nexos de Castillo Armas con Trujillo, el conspirador lo había visitado para pedirle dinero y armas.

El grupo fue alojado en la finca de Tacho Somoza llamada “El Tamarindo”. Como representante de “El Jefe” en Centroamérica estaba el licenciado Félix W. Bernardino y Evangelista.

El coronel Arbenz no pudo hacerle frente a la feroz embestida. Y Castillo Armas fue proclamado “El Salvador de Guatemala”. Pero pasó un tiempecito y “nuestro Jefe” manifestó que “Castillo Armas era el hombre más ingrato de Centroamérica”.

El tiempo prosiguió avanzando y una noche, la del 26 de julio de 1957, se dirigía Castillo Armas con su bella esposa Odilia Palomo hacia el comedor de su residencia, cuando súbitamente el presidente se desplomó asesinado. Siendo acusado del hecho un joven soldado de 24 años, de nombre Narciso Escobar Carrillo, a quien lo redujeron a prisión; lo llevaron a una solitaria carretera y lo perforaron a balazos, para que no hablara. Se equivocaron y no murió en el acto. Y una patrulla policial lo condujo a una clínica, donde antes de fallecer pudo hablar y vertió acusaciones contra el gangster cubano Carlos Gacel Castro, quien prestaba servicios a la embajada dominicana en Guatemala, estando Gacel bajo el mando y las órdenes directa del agregado militar, coronel John W. Abbes García. Entonces hacia la República Dominicana huyeron Abbes García, Gacel Castro y la amante de Castillo Armas, Gloria Bolaños.

En La Voz Dominicana se abrió un espacio, para que en el fueran presentados durante muchos días los dos fugitivos de Guatemala. Primero a la señora Bolaños y después al caballero Gacel. Éste fue enrolado en el tenebroso  SIM, llegando a tener buenas credenciales en los círculos letales del terror. Y para acá trajo a su padre el músico, abogado y periodista Miguel Agustín Gacel, a quien me tocó presentarlo por tiempo largo, tanto en la radio como en la televisión. El doctor Gacel llegó a ser un mandamás en Radio Caribe, la radioemisora anti-clerical que timoneada era por el coronel John W. Abbes García.

Con respecto al tal Carlos Gacel Castro, se comentó que los obreros portuarios de Jimmy Hoffa no querían laborar ni en la carga, ni en la descarga de barcos con la bandera dominicana. Y que Carlos Gacel Castro salió de aquí, con muchos dólares, a tratar de buscar la solución de ese grave entuerto. Pero que este malandrín se alzó con el dinero y no resolvió nada. El gansgter se alzó con la plata y se fue a “extrapapelar” en Monrovia, la capital de Liberia.

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