En la vida todo, todo pasa…

En la vida todo, todo pasa…

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El corazón que ríe (Charles Bukowski)
Tu vida es tu vida
no dejes que sea golpeada contra
la húmeda sumisión
mantente alerta
hay salidas
hay una luz en algún lugar
puede que no sea mucha luz pero
vence a la oscuridad
mantente alerta
los dioses te ofrecerán oportunidades
conócelas
tómalas
no puedes vencer a la muerte pero
puedes vencer a la muerte en la vida, a veces
y mientras más a menudo aprendas
a hacerlo
más luz habrá
tu vida es tu vida
conócela mientras la tengas
tú eres maravilloso
los dioses esperan para deleitarse
en ti.
Presento la segunda parte de mi discurso de despedida como presidenta de la Acaemia Dominicana de la Historia para el período 2016-2019, leído el 14 de agosto de 2019. Unas palabras escritas desde lo más profundo de mi corazón agradecido. He aquí la segunda entrega.
Deseo también expresar mi profundo y sincero agradecimiento a la comisión que trabajó en la organización del Congreso Dominicano de Historia realizado en el año 2017. Este grupo, liderado y coordinado por Natalia González, fue clave en su éxito.

Agradezco también la labor responsable y certera realizada por la Comisión Editorial, la Comisión de Clío y la Comisión Jurídica. Todas respondieron a nuestros requerimientos más allá de sus propias responsabilidades. Gracias a sus coordinadores Frank Moya Pons, Amadeo Julián y Wenceslao Vega.

Mención especial merece Esteban Prieto Vicioso, miembro correspondiente nacional, por su entrega y dedicación a la supervisión del remozamiento y reparación de la Casa de las Academias. Agradecemos también a la activa colaboradora de esta institución Virginia Flores, por sus valiosos aportes y sugerencias, así como al ingeniero responsable de la obra, Héctor Jiménez.

Otra mención de especial agradecimiento es al arquitecto Eugenio Pérez Montás. Desde hace años ha estado impulsando el proyecto de la Capilla de la Soledad. Durante el proceso de reparación y remodelación visitó el lugar y nos hizo atinadísimas sugerencias. ¡Gracias, arquitecto!

Mi profundo agradecimiento al público que acudió a nuestro llamado. A los habituales de las actividades cotidianas aquí en la sede y en el interior, para lo cual debían tomar de madrugada los autobuses a fin de estar presentes. A los participantes en los pueblos que acudieron masivamente, porque vieron una luz de esperanza en nuestros seminarios a fin de nutrirse con nuevas ideas. Gracias también a los que venían a actividades puntuales para acompañar un amigo o porque estaban interesados en un tema específico.

Una de las cosas por la cual esta Junta Directiva debe sentirse más que agradecida es por el apoyo moral y económico que recibimos del Gobierno dominicano. Agradecimiento especial al presidente de la República, Danilo Medina; al ministro de la Presidencia, José Ramón Peralta; al consultor jurídico, Flavio Darío Espinal; al ministro de Cultura, arquitecto Eduardo Selman, y dentro de sus dependencias a la Oficina de Patrimonio Monumental. Gracias por el apoyo que recibimos para reparar nuestra casa y recuperar nuestra vieja sede, la Capilla de la Soledad.

El Banco Central se hizo presente al financiar una de las ediciones de la revista CLIO. No puedo dejar de mencionar el incondicional apoyo de Félix (Felucho) Jiménez, porque, amante de la historia y de la investigación, apoyó varias publicaciones, pero, sobre todo, el patrocinio al tomo IV de la Historia General del Pueblo Dominicano. Agradecimiento al Archivo General de la Nación por todo: la cesión de sus espacios durante la larga remodelación y por el gran apoyo en la edición de la obra sobre la colecturía de aduanas. Otras instituciones oficiales que nos ayudaron también fueron el Banco de Reservas y el INDOTEL. El primero hizo aportes financieros y el segundo nos donó equipos muy útiles y necesarios. Agradecemos también el apoyo recibido por la CDEEE, en la persona de señor Rubén Jiménez Bichara, así como a EDEESTE, por las facilidades ofrecidas para instalar la electricidad en la Capilla de la Soledad. Agradecimiento a la oficina de la Comisión Presidencial de Apoyo al Desarrollo Provincial por haber hecho realidad la reparación de este inmueble soñado. Nuestra sincera gratitud a las Oficinas Senatoriales de Barahona y provincia Espaillat, quienes apoyaron los seminarios que allí realizamos.

La Junta Directiva agradece profundamente el apoyo del sector privado a las iniciativas culturales de la Academia. El empresariado dominicano fue generoso al donar fondos para la realización de nuestras actividades. Algo importante de destacar es cómo los comercios locales nos brindaron su apoyo en las actividades provinciales.

Agradecimiento especial a Juan Vicini, los hermanos Roberto y José Miguel Bonetti, la Fundación Central Romana, el señor Papo Menéndez, Claro Dominicana, Banco Popular Dominicano, el amigo y empresario Celso Marranzini, a través de su empresa Global Pack, Risek SA, El Catador, Café Santo Domingo y Brugal y Compañía.

Destaco aquí los aportes en especie y en dinero de miembros, colaboradores y amigos de la historia, a saber: Joan Ferrer, Miguel Estrella, general Zorrilla Ozuna, Eduardo Tejera y Miguel Decamps.

Agradecimiento a la Universidad Tecnológica del Cibao Oriental (UTECO) en Cotuí, así como a la Universidad Tecnológica del Sur (UTESUR) en Azua y a la Universidad Tecnológica de Barahona (UCATEBA), porque nos acogieron en sus sedes para la realización de los seminarios e hicieron importantes aportes para las logísticas.
Un especial reconocimiento y agradecimiento a Lorena Noriega, administradora del Proyecto “Nuevo Entorno Tecnológico” que financia Juan Vicini para la digitalización de la biblioteca. Asimismo, nuestra admiración y agradecimiento a nuestros queridos Lucero Arboleda y José Manuel Roa, de la Universidad INTEC, magníficos responsables de la ejecución de este proyecto.
Asimismo, nuestra admiración y agradecimiento a nuestros queridos Lucero Arboleda y José Manuel Roa, de la Universidad INTEC, magníficos responsables de la ejecución de este proyecto.
Quiero dar gracias también por las críticas recibidas: las abiertas, las encubiertas, las escritas, las verbales, las justas y las injustas. Doy las gracias porque ellas me obligaron a reflexionar, a revisar, a hacer un ejercicio de paciencia y tolerancia, pero, sobre todo, a verlas como retos a superar y de maravillosa inspiración para seguir caminando.
Hasta aquí la segunda entrega del discurso. Con este discurso cierro un ciclo importante en mi vida. La semana que viene cerramos este discurso. Gracias por su paciencia.

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