El accionar del crimen organizado ha llegado a tal punto de expansión a nivel global, aplicando mecanismos y fórmulas para encubrir operaciones de narcotráfico y lavado de dinero que el combate demanda métodos cada vez más amplios y contundentes en estrecha colaboración a nivel transnacional.
Es una lucha ardua e infatigable que no admite pausa alguna porque los protagonistas de este flagelo son incansables en su criminal comercio y, por tanto, se requiere una labor de colaboración entre gobiernos y organizaciones, dejando de lado el prurito de la acción aislada y la visión angosta que impide enfrentar este mal de forma eficaz.
El crimen organizado transnacional se define como una amenaza para la sociedad global, ante el reto deindividuos y grupos que no reconocen fronteras ni ley y que para el logro de sus nefastos objetivos siguen la dinámica del desarrollo tecnológico, las comunicaciones y el comercio internacional.
Cuando se supera la postura aislacionista y se logra dejar de lado la equivocada idea de que el trabajo transnacional atenta contra el derecho de los estados a definir y ejecutar sus propias políticas frente al crimen, los resultados se palpan de inmediato. Esto es precisamente lo que acaba de acontecertras el contundente operativo emprendido por la Procuraduría general de la República que—en una acción relámpago articulada con la DNCD, organismos de inteligencia, fuerzas militares y el apoyo logístico de la DEA— logró en solo horas desarticular lo que ha sido definido como la mayor organizacióncriminal que operaba en el país, el Caribe y Estados Unidos.
Hay buenas perspectivas para augurar que este golpe al crimen organizado sentará las bases para profundizar sus alcances y emprender de forma permanente otros planes de colaboración conjunta, ya que tras los detalles ofrecidos por Jean Alain Rodríguez sobre el desmantelamiento de la red mafiosa, la embajadora Robin Bernstein ha declarado la satisfacción de Estados Unidos de ayudar en esta lucha cada vez que lo requiera la República Dominicana.
Animada por los resultados de esta embestida, la Procuraduría ha emitido un alerta roja internacional para la búsqueda de todos los miembros de la red de narcotráfico y lavado de activos, a fin de llegar a todo el entramado criminal y los negocios que servían de fachada para encubrir el tráfico de narcóticos y el lavado de activos de la organización, en una estructura que abarcaba centros nocturnos, discotecas, bares y otras instalaciones que supuestamente operaban a través de testaferros.
El principal desafío que tienen ahora las autoridades es capturar con respaldo internacional, si fuera necesario,al principal cabecilla de la organización criminal, descrito como el forjador de una poderosa red que traficaba con cocaína desde América del Sur para luego transportarla a Estados Unidos. De esta forma será posible llegar a todos los entresijos y ramificaciones de la red, cuyas raíces podrían ser aún mayores que las detectadas.
La ley Kingpin, votada en Estados Unidos 1999 para perseguir narcos fuera de sus fronteras, además de la ley bilateral de extradición son dos formidables instrumentos para fortalecer el combate al narcotráfico y sus vías conexas.
Luego de que todas las pesquisas concluyan, a la Justicia le toca el crucial papel de realizar juicios con apego al debido proceso y al derecho de la defensa y el país espera que quienes sean hallados culpables reciban sanciones ejemplarizadoras para combatir el crimen de verdad y servir de disuasivo a aquellos que puedan sentirse tentados a caer en sus deletéreas redes.