Perdidos en las dos semanas traumáticas para los mercados argentinos se encuentran casi US$1.000 millones en activos extravagantes con una dudosa distinción: no han tenido absolutamente ningún retorno, lucro, o rendimiento en siete años consecutivos.
Los llamados cupones PIB, vinculados al crecimiento en la segunda economía más grande de Sudamérica, cayeron más que cualquier otro valor argentino en la carnicería del mercado que siguió a la abrumadora derrota del presidente Mauricio Macri contra Alberto Fernández en las elecciones primarias. Ahora, a medida que los mercados se preparan para lo que podría ser la tercera reestructuración de la deuda del país en una década y media, las perspectivas son más sombrías que nunca.

Las notas, promocionadas como endulzantes para los acreedores que perdieron después de que Argentina incumpliera con su deuda de US$95.000 millones en 2001, cotizan a centavos por dólar. Ni siquiera un asesor de la campaña de Fernández espera pagos pronto. En una llamada con inversores, Emmanuel Álvarez Agis señaló un crecimiento potencial de no más de 2%, por debajo del umbral del 3% para activar los pagos, según Alejo Costa, estratega de BTG Pactual Group en Buenos Aires.

“Si ese es el caso y el PIB potencial de Argentina es de 2%, entonces el instrumento no vale nada”, dijo Costa, quien estima que los cupones tienen un valor de mercado de US$976 millones.

Álvarez Agis no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
“Debido a los temores de incumplimiento, no creo que muchos piensen que el PIB está subiendo”, asegura Ray Zucaro, director de inversiones de RVX Asset Management en Miami. Zucaro dice que vendió sus cupones PIB hace varios años.

Inicialmente, los cupones funcionaron bien. La recuperación del país de su recesión de 1998-2002 significó pagos a los inversores en seis de sus primeros siete años. Sin embargo, desde entonces, Argentina ha fallado repetidamente el objetivo. Los cupones PIB han caído más de 50% desde las primarias. Ya habían perdido más de dos tercios de su valor desde su máximo de octubre de 2017, que era solo unos 12 centavos.

La caída en los cupones argentinos palidece en comparación con el éxito de valores similares en Ucrania. Esas notas triplicaron su valor desde que cayeron a un mínimo histórico en noviembre de 2016, a medida que el crecimiento se aceleró.
Si los cupones de Argentina vuelven a pagar, le costaría al país miles de millones de dólares. Al principio de la presidencia de Macri, el gobierno intentó recomprar las notas, que su ministro de Finanzas, Alfonso Prat-Gay, alguna vez llamó el “gran fiasco” de la reestructuración de deuda.