Desafíos y fortalezas regionales

Desafíos y fortalezas regionales

“La Democracia Electoral en la Era Digital” fue el tema de la XXXIII Conferencia de la Asociación de Organismos Electorales de Centroamérica y del Caribe- AOECC-, celebrada en la ciudad de Panamá,la semana pasada. El país sede recibió a los representantes de organismos electorales de Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Puerto Rico, Jamaica, República Dominicana y Santa Lucía. Como invitados especiales y conferencistas estuvieron Wilfredo Penco, vicepresidente de la Corte Electoral del Urugua, y Manuel Carrillo Poblano, coordinador de Asuntos Internacionales del Instituto Nacional Electoral de México. El discurso inaugural correspondió al presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán, en su condición de presidente pro tempore de la asociación electoral más antigua del planeta. En nombre del Tribunal Electoral de Panamá, su presidente, el magistrado Heriberto Araúz Sánchez, asumió la presidencia de la AOECC, hasta el año 2020. El encuentro permitió la reflexión, evaluación y la ratificación de compromisos regionales para enfrentar los nuevos desafíos que, además del reto digital, arriesgan el pleno ejercicio de las funciones de la autoridad electoral. Los participantes acordaron que es imperativo conocer la dimensión de la realidad digital e incorporarla al quehacer de las entidades electorales. Fue comentado el peligro de la judicialización desmedida y agresiva y el efecto de la desinformación, que acorralan órganos y los dejan a expensas de sentencias y del rumor público. Ley versus decisiones judiciales parece ser la consigna.
Es el momento de reformas y contrarreformas. Las leyes nuevas, elaboradas luego de acuerdos entre organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, iglesia, recorren la región como aquel fantasma del Manifiesto. Empero, los sectores encargados de gritar, en procura de su promulgación, ahora se resisten a su aplicación. Lo que era ilusión y discurso, se ha convertido en un acoso judicial que afecta el desempeño de los órganos encargados de organizar las elecciones.
Intensa y pedagógica jornada, siempre con la vigilancia y entrega de la Secretaría General de la AOECC, a cargo del «Centro de Asesoría y Promoción Electoral» (CAPEL).
Olvidar antecedentes impide reconocer logros y disfrutar los beneficios producto de luchas y esfuerzos continuos. Cuando un grupo de visionarios decidió, crear la AOECC en Tikal, Guatemala, los pendientes en la región eran muchos, distintos, agobiantes. En el año 1985, la democracia apenas asomaba y era utópico pensar en procesos electorales transparentes, en cada uno de los países que se atrevieron a rubricar el Acta Constitutiva de la Asociación. La indefensión entonces, la incapacidad para resolver conflictos internos, consentían la tutela trasnacional para “proteger” determinados intereses que solo gobiernos fruto de elecciones irregulares, podían preservar. Los protectorados seculares tenían aliados locales que actuaban conforme con sus designios. 34 años después de aquella osadía institucional, el inventario es más que positivo. Prevalece el compromiso con la democracia, con la colaboración entre pares, con la observación electoral y su seguimiento. Las asociaciones y los órganos, tratan de buscar camino sin compañías que, en lugar de colaborar, intimidan. De la época de la barbarie, del militarismo arrebatador de derechos, del autoritarismo inmiscuyéndose en conteos y obstaculizando el desenlace del proceso, de la intromisión de “honorables” denostando el empeño de los hacedores de las elecciones, queda poco. Los intentos tienen el rechazo, velado a veces, expreso en ocasiones, para detener acciones que el pasado permitía.
Por eso es tan importante la ejecución de los acuerdos consensuados por los asistentes a la Conferencia. Preservar la cooperación, replicar el Pacto Ético Digital, creación panameña, con miras a morigerar el desenfreno injurioso a través de las redes. La iniciativa, expuesta hace un año en la XXXII Conferencia de la AOECC, celebrada en el país, por el magistrado Alfredo Juncá, parecía quimera. El resultado de su cumplimiento en Panamá, obliga su implementación.
Con sus carencias, desigualdades, urgencias, desde hace décadas, la región se permite el lujo de apostar al éxito de los procesos electorales. Los mitos y prejuicios, deben quedar en el pasado. Pruebas sobran para desmontar las imputaciones. El retroceso electoral perdió espacio.

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