Bruselas tiene previsto simplificar las normas presupuestarias de la eurozona para ofrecer a los gobiernos unos objetivos de reducción de deuda menos drásticos que no lleven a las economías más débiles a una recesión.
Las autoridades estudian formas de modificar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, objeto de todo tipo de críticas por ser imposible de cumplir, lo que dará lugar a uno de los debates más polémicos en el seno de la Comisión Europea.
El plan, conocido informalmente como «SGP 2.1», está diseñado para recuperar la confianza entre las capitales de la eurozona en el cumplimiento de las normas de la UE.
El año pasado, Bruselas recibió fuertes críticas por permitir que el Gobierno antisistema de Italia evitara ser penalizado por incumplir los objetivos de déficit de 2018 y 2019.
En un documento interno redactado en Brusel se apela a una «importante simplificación» de la normativa alegando que la actual resulta demasiado restrictiva. El debate coincide con una ralentización del crecimiento de las economías de la zona euro.