Como trapacería encaminada a desconocer la voluntad popular, el fallo histórico que emitió la JCE luego del juntazo y el gacetazo, manchó las elecciones del 1978, ganadas por el PRD.
Como trapacería encaminada a desconocer la voluntad popular, el fallo histórico que emitió la Junta Central Electoral (JCE) luego del juntazo y el gacetazo, manchó las elecciones del 1978, de las que el candidato presidencial ganador, Silvestre Antonio Guzmán Fernández, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), recibió un poder mutilado.
Para muchos analistas e historiadores este dictamen fue el resultado de una negociación de aposento que, mediante maniobras, truchimanerías y represión impuso el entonces presidente Joaquín Balaguer, a la sazón candidato presidencial del Partido Reformista (PR), para que la JCE le adjudicara cuatro senadurías y una diputación que no ganó.
Autores como Sandino Grullón, en su libro Historia electoral dominicana, y Ángela Peña, en Campaña y crisis electorales, atribuyen la actitud del líder reformista a un interés de controlar el Senado para evitar que los responsables de actos de corrupción durante su gobierno de los 12 años pudieran ser juzgados por el Congreso.
Partidos y candidatos. Los candidatos presidenciales y vicepresidenciales de las agrupaciones políticas participantes fueron Antonio Guzmán y Jacobo Majluta, del PRD; Joaquín Balaguer-Carlos Goico Morales, del PR; Juan Bosch-Rafael Alburquerque, PLD; Narciso Isa Conde-Pericles Franco, PCD; Elías Wessin-Rafael Rosario Galán, PQD; Jaime Manuel Fernández-Milciades Herrera Báez, MCN; Francisco Augusto Lora-Manuel Enrique Tavárez Espaillat, Mida; Luis Homero Lajara Burgos- Rafael Isidro Portorreal, PDP, y Alfonso Lockward-Héctor Livio Peña López, PRSC (Partido Revolucionario Social Cristiano).
Alianzas. El PRD o partido del jacho prendío participó junto a la Alianza Social Demócrata (ASD) en el denominado Acuerdo de Santiago, y el Movimiento Nacional de la Juventud (MSJ) se fusionó al PR o partido del gallo colorao.
Mientras, el Movimiento de Integridad Democrática (Mida), el Partido Quisqueyano Demócrata (PQD) y el movimiento de Conciliación Nacional (MCN) formaron una coalición denominada Oposición Unida, que llevó como candidato presidencial a Francisco Augusto Lora y a Manuel Enrique Tavárez Espaillat, a la vicepresidencia
En estas elecciones, Balaguer, casi ciego, buscaba su tercera reelección como el Candidato de la paz, apoyado en su programa de viviendas y otras construcciones y su alegada justicia social, aunque su fuerte estaba, según analistas del proceso, en una maquinaria militar que reprimía a los opositores reales o sospechosos.
De hecho, las cárceles estaban llenas de presos políticos, que Balaguer consideraba políticos presos, y el aparato militar y policial se mantenía activo para reprimir cualquier protesta estudiantil o de partidos de izquierda, de cuyos miembros no pocos cayeron abatidos a tiros.
Por su lado, el PRD y su candidato Antonio Guzmán, con el lema de El cambio, tras su no participación en los comicios del 1970 y su retiro, como Acuerdo de Santiago, en los del 1974, a causa de la represión, habían decidido, como pregonaba su secretario general, José Francisco Peña Gómez, que esta vez las huestes del partido del buey que más jala sacarían a Balaguer del poder con una montaña de votos blancos que absorbería cualquier fraude.
El Juntazo. La crisis política del 1978 se inició el mismo 16 de mayo en la noche con la citada irrupción militar, que el pueblo denominó como el juntazo, al centro de cómputos de la JCE, cuando el escrutinio del 25 por ciento de los sufragios situaba al PRD por encima del PR.
Al detenerse el conteo, creció la tensión y el partido colorado recusó al presidente de la JCE, Manuel Joaquín Castillo, y reclamó elecciones complementarias en 11 municipios alegando que el proceso estaba viciado por el fraude.
El Gacetazo. A la recusación del licenciado Castillo siguió el Gacetazo, denunciado por los juristas Rafael F. Bonelly, Jottin Cury y Ramón Tapia Espinal, quienes revelaron la alteración de una ley mediante la cual se modificaba la Ley Electoral para facultar a la Junta para que celebrara las elecciones complementarias que demandaban los reformistas.
Fallo Histórico. Al acoger la impugnación del PR sobre alegados trastrueques, exclusiones e inclusiones ilegales en el padrón electoral, la JCE, presidida de manera provisoria por Hugo Vargas Suberví, e integrada por Luis Augusto González Vega y Danilo Santana, adjudicó al partido colorado, mediante resolución del siete de julio, las senadurías de María Trinidad Sánchez, Bahoruco, El Seibo y La Altagracia, que había ganado el Acuerdo de Santiago.
Esta decisión, ilegal para muchos, fue bautizada por la población como el fallo histórico.
Patriótico o monstruoso. Mientras Balaguer consideró el fallo de la JCE como un acto patriótico, Guzmán lo calificó de monstruoso, pero llamó al pueblo a mantener la calma y a esperar el resultado de una instancia legal que buscaría revertir el dictamen, pero esa acción nunca fue encaminada
Editoriales de medios de prensa y opiniones de analistas planteaban que la JCE había decidido, mediante una resolución insólita, suplantar la voluntad popular expresada en las urnas.
Ya el PRD se proponía realizar una Jornada Cívica en contra de la decisión de la JCE que le quitaba las cuatro senadurías, pero la actividad fue suspendida por recomendación de la Iglesia y personalidades que le advirtieron sobre una crisis mayor que lo habría dejado fuera del poder.
Resultados. Fueron emitidos 1,655,707 votos válidos distribuidos a razón de 855,765 del PRD; 698,163 del PR; 18,375 del PLD, y el resto para las citadas fórmulas electorales minoritarias.
El país contaba entonces con unos 4.5 millones de habitantes, según se deduce al proyectar el censo del 1970, cuando había 4,009,458 personas, y el del 1981, que registró una población de 5.545,741.
Presión internacional fue decisiva
En gran medida los resultados traumáticos y perjudiciales para la alianza triunfante fueron acordados, según analistas e historiadores de entonces, por el propio PRD, a regañadientes; el presidente Joaquín Balaguer y su partido y la comunidad internacional en procura de una salida a la crisis y evitar un golpe de Estado militar.
Desde el primer momento, es decir, a partir del juntazo o irrupción militar en la JCE el mismo 16 de mayo, los presidentes de los Estados Unidos, Jimmy Carter, y de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, así como delegados de otras naciones y de la Organización de Estados Americanos (OEA), presionaron a Balaguer para que aceptara la derrota y evitara así una profundización de la crisis.
Traumáticas
Las opiniones recogidas en medios de prensa de la época, así como el cotejo con los procesos comiciales posteriores, concluyen en que las del 1978 han sido las elecciones más traumáticas de la historia electoral dominicana.
Zoom
Resultados de las elecciones de 1978
PARTIDOS VOTOS
PRD 855,765
ASD (ALIADA) 11,147
PR 698,163
UCN (ALIADA) 13,715
PLD 18,375
MCN, MIDA PQD 27,095
Las claves
1. Hugo Vargas Suberví
Como presidente provisorio de la Junta Central Electoral (JCE), correspondió al doctor Vargas Suberví anunciar el célebre fallo histórico de las elecciones..
2. Doctor Peña Gómez
El secretario general del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) jugó un rol protagónico al lanzar al ruedo al Acuerdo de Santiago, seguro de que superaría el fraude.
3. Álvarez Bogaert
El licenciado Fernándo Álvarez Bogaert fue obligado a renunciar a la candidatura vicepresidencial reformista.