Han transcurrido 21 años, desde que dentro del programa de trabajo de la Semana Dominicana en los Estados Unidos (“Dominican Week”), el 5 de octubre de 1994, dí una conferencia en la Universidad de Seton Hall con el título “Los Retos Económicos para los Dominicanos en los Estados Unidos y su Futuro Común con la República Dominicana” y dentro del subtítulo de la misma, “El Desafío y la diáspora”, sugerí la creación del “Instituto para la Defensa y Protección de los Dominicanos Residentes en el Exterior”, exhortando además a la diáspora criolla a auspiciar la formación de un Congreso Mundial de la Diáspora Dominicana (CONDIDOM), que nuclease a todos los dominicanos residentes en el extranjero.

Cabe recordar que en esos años la correa de transmisión de nuestro país con la diáspora criolla en los Estados Unidos de América y Puerto Rico, era la “Semana Dominicana en los Estados Unidos”, presidida por mi entrañable amigo y compadre, el Dr. Luis Heredia Bonetti (QEPD), y el grupo de miembros del Comité Ejecutivo que lo acompañabamos cada año en esa misión, para exhaltar y reconocer a nuestros nacionales en el exterior, levantar su autoestima de triunfadores y defender la imagen de la República Dominicana, proyectando sus mejores valores en San Juan, Puerto Rico; Miami, Fl.; Washington, D. C. y New York, llegando hasta la ciudad de Boston, en esa labor patriótica.

Fue en la oficina de abogados del Dr. Luis Heredia Bonetti donde se acogió mi propuesta, hecha en la Universidad de Seton Hall y se preparó el ante-proyecto de ley para la creación del “Instituto Dominicano para la Defensa y Protección de los Dominicanos Residentes en el Exterior”, en el cual trabajó también nuestro buen amigo y colega Dr. Rafael Robles Inocencio (QEPD), junto a otros abogados de esa firma, el cual fue aprobado por el Congreso Nacional, bajo el título de “Ley Sobre Orientación y Servicios a los Dominicanos Residentes en el Exterior No. 52-99”, promulgado por el expresidente de la República, Dr. Leonel Fernández Reyna. Pero debido a las modificaciones hechas en el Congreso al proyecto original, el entonces Canciller, Dr. Eduardo Latorre (QEPD), puntualizó que dichas modificaciones violaban la convención de Viena en materia diplomática y consular. Ahí murió esa Ley y fue archivada.

Ahora que el presidente Danilo Medina, declaró de alta prioridad una serie de visitas a la diáspora dominicana en Europa y los EEUU, instruyendo al canciller Andrés Navarro a ese respecto, hablándose inicialmente de un “Instituto Dominicano en el Exterior” y habiéndose ahora aprobado de urgencia en la Cámara de Diputados el proyecto de ley para la creación del “Instituto de Bienestar Social de los Dominicanos en el Exterior” y pasado esa iniciativa al Senado, valdría la pena recordar que en mi propuesta original, para la creación del “Instituto Dominicano para la Defensa y Protección de los Dominicanos Residentes en el Exterior”, comprendía una red legal, una red educativa y una red cultural y religiosa, además de la creación del Congreso Mundial de la Diáspora Dominicana (CONDIDOM), todo lo cual está explicado en detalle en la Conferencia que dí en la Universidad de Seton Hall, el 5 de octubre del 1994, como también en las palabras que pronuncié como Embajador de nuestro país ante el Gobierno de los EEUU, el 26 de febrero del 2000, en el Seminario “Dominicanos 2000: Construyendo Nuestra Agenda Nacional”, al participar en el Panel “La Diáspora y la Isla”, en el City College de New York, sobre el cual, en un próximo artículo, expondré una serie de iniciativas, que todavía no se han implementado, las cuales sugerí en dicho Seminario.

Hay que esperar que esta nueva iniciativa de crear el “Instituto de Bienestar Social de los Dominicanos en el Exterior”, no se burocratice y politice, respondiendo a las expectativas de la diáspora criolla en el extranjero.