2003 fue el peor de todos los años para las calificadoras de riesgos

2003 fue el peor de todos los años para las calificadoras de riesgos

Así como sendos informes preliminares, uno de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y otro, del Fondo Monetario Internacional (FMI), han calificado este año como el peor para la economía dominicana desde el 1991, también lo han hecho las calificadoras de riesgos de inversiones.

Las proyecciones para este año de la CEPAL y el FMI coinciden con todas las evaluaciones que han hecho sobre la República Dominicana, las calificadoras de riesgo-país, que han bajado el índice de riesgo del país de “A+ a CCC”.

Este riesgo-país no es más que un cálculo matemático que sirve como indicador del riesgo financiero que presenta un país y será mayor cuando las recaudaciones del gobierno no alcancen para cubrir los montos de sus obligaciones establecidas en su presupuesto, que es el caso actual de la República Dominicana.

Algunos de los elementos que habitualmente entran en la evaluación de la situación económica de un país, pueden ser el crecimiento económico (el cual actualmente es negativo) y muy especialmente la diversificación de los factores que contribuyen al mismo. Entre ellos se pueden citar la política económica, tanto fiscal como monetaria, las relaciones exteriores, las cargas derivadas de la deuda externa, la inserción en el campo internacional, las cuentas de la balanza de pagos y, sobre todo, las perspectivas económicas generales.

[b]CALIFICADORAS[/b]

De acuerdo con los inversionistas, las calificadoras más importantes son Moody’s y Standard and Poor’s, ya que tienen una larga trayectoria de aciertos en sus calificaciones de los países.

A pesar de que la República Dominicana gozaba de una buena calificación en los últimos años, no fue hasta mediado de este año cuando comenzaron a deteriorarse los indicadores y a relucir las calificaciones negativas del país.

[b]CALIFICACIONES A JULIO[/b]

1- Ya para julio pasado, la calificadora de riesgo Bear Stearns informaba que la economía del país todavía era manejable, especialmente la situación económica y financiera, aunque reconocía que esto se lograba sobre la base de fuertes sacrificios.

Sin embargo, esta calificación estaba apoyada en que en el país fuera aprobado el acuerdo con el FMI para julio de este año, lo que no tuvo lugar hasta el presente mes de diciembre.

También para ese mismo mes, una revista especializada en difundir estas evaluaciones, todavía preveía un repunte del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el 2004, afirmando que las expectativas económicas para el país apuntaban hacia una mejoría.

2- Sin embargo, esto no ocurrió y para agosto del 2003, por la devaluación significativa que experimentaba el peso dominicano, el Banco de Inversiones Bear Stearns otorgó una calificación B+ al país, explicando que por el fondo que había tocado su economía, especialmente con los graves problemas de origen financiero, el tiempo para una recuperación verdadera de la economía nacional parecía incierto.

[b]SEPTIEMBRE NEGRO[/b]

3- Luego para septiembre de este año, el vicepresidente de la Unidad de Mercados Emergentes de la firma Bear and Stearns, Franco Uccelli, advirtió que actualmente el inconveniente potencial de la economía dominicana era mayor que la posibilidad de superarlo.

No obstante, la perspectiva es que el bono dominicano siga atrayendo a los mercados internacionales, debido a que la República Dominicana no tenía riesgo de caer en incumplimiento de pagos de sus obligaciones crediticias.

4- Después de estas declaraciones, para el 15 de septiembre, la agencia de calificación financiera Standard and Poor’s, bajó la nota de la deuda a largo plazo de República Dominicana, en divisas y moneda local de «B+» a «B-«.

Según la calificadora, esta decisión se basó en los riesgos crecientes de que el país entre en cesación de pagos durante el 2004. También la calificación de la deuda a corto plazo, tanto en divisas como en moneda local, fue rebajada de «B» a «C».

5- Después, la famosa firma asesora de inversión y análisis Moody’s, bajó la calificación del país de B1 a B2. Movimiento que era esperado por los agentes económicos, después de que Standard and Poor’s degradara su valoración cuatro puntos por debajo de la calificación dada por Moody’s.

Mientras estas bajas de la calificación del país ocurrían, la prestigiosa revista The Economist hacía, en su edición de octubre, un análisis muy severo de la situación económica del país, temiendo que surjan presiones fiscales y financieras insostenibles, que podrían llevarlo a una inhabilidad para cumplir con los pagos de la deuda externa.

El informe de la Unidad de Inteligencia de The Economist, decía que la situación tendía a agravarse, porque el gobierno dominicano ha estado aumentando la deuda pública externa e incrementando los gastos.

6- También, para comienzos del mes, los bonos soberanos de la República Dominicana registraron un brusco descenso de hasta un 7.8%, una depreciación que tuvo lugar en solo cinco días en los mercados internacionales.

Este descenso fue atribuido al impase momentáneo surgido entre el FMI y la calificadora, por la reducción de la calificación de riesgo-país por parte de la calificadora Standard and Poor’s, y el consecuente deterioro de las expectativas de los inversionistas en los mercados internacionales, sobre el futuro inmediato de la economía dominicana.

[b]LAS RECIENTES EXPECTATIVAS[/b]

7- Después, para finales de noviembre pasado, un informe profesional del Bear and Stearn advirtió que la lucha interna del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), generada por el intento de reelección del presidente Hipólito Mejía, estaba afectando negativamente el clima de negocios de la República Dominicana.

El informe de esta calificadora expresa que hasta que se resuelva la crisis interna del PRD por sus luchas intestinas, esto va a continuar generando titulares negativos en momentos en que la débil confianza de los inversionistas en República Dominicana tiene necesidad de noticias positivas.

8- Esto ha dado como resultado que la clasificación más reciente de Standard and Poor’s degradó la calificación para el país de “B1 a CCC” y advirtió que aún cuando el gobierno establezca un programa con los acreedores multilaterales, existe el riesgo sustancial de que se descarrile el acuerdo Stand By firmado con el FMI.

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