2003: ¿un balance?

2003: ¿un balance?

[b]“A pesar de todo”[/b]

A pesar de que se duermen

mis sentidos por rutina.

A pesar de esta apatía

que bosteza enmohecida.

A pesar de muchas broncas

que quedaron escondidas.

A pesar de mis fracasos,

mis pecados, mis caídas.

A pesar ya de ilusiones

que están por siempre dormidas,

y de fantasmas internos

prendidos de mis pupilas.

A pesar de que me invento

muchas veces la sonrisa.

A pesar de que me trague

mis verdades, mis mentiras.

A pesar de mis defectos,

de mi cólera, de mi ira,

de mis eternos miedos

que desde mi alma silban,

y que viva disfrazando

mis pequeñas cobardías.

A pesar de mi pasado

que me espía a escondidas.

A pesar de mis angustias

que rasguñan mis costillas.

A pesar de mi energía

que se agota, se termina,

y del paso de los años,

de mis luchas, mis heridas.

A pesar de todo eso…

sigo apostando a la vida.

Autora: Silvina

Deseo hacer un ¿balance? ¿Es posible? del 2003 en este país nuestro. Dudé si hacerlo o no. Me he sentado en varias oportunidades, a sabiendas que de mi tardanza para la entrega de este trabajo, borré y borré lo que escribía. La insatisfacción me envolvió. La repetición, reiteración, sucesión indetenible de sucesos, de errores y actitudes ha condicionado mi estado anímico y mi espíritu. ¿Repetir de nuevo? ¿Reproducir las palabras que he dicho y escrito una y otra vez? Repetir lo mismo, aniquila de forma mortal mi agotada inspiración. Y al saberlo y percatarme me reconozco humana, profundamente humana, poblada de sensaciones y sentimientos, más allá de la racionalidad esperada. ¡Todo sigue tan irremediablemente igual y diferente!

Después de que la Constitución # 38 fue promulgada, el Primer Mandatario de la Nación, anunció con estridencia que buscaba reelegirse, para lo cual iniciaba la carrera por la nominación de su partido. Y desde entonces el tema de la reelección presidencial se convirtió en la manzana de la discordia entre los otrora amigos, aliados y compañeros de partido. El resultado: Dos Convenciones, dos candidaturas, dos partidos, y un solo símbolo que se disputará como en los tiempos de las cruzadas medievales.

Por su parte el Partido Reformista también camina por senderos pantanosos y difíciles. Una facción se dice dueña, expulsó a un grupo que no quería estar con ellos. La otra hizo su asamblea, elegirá a su candidato, y todos dicen representar al Unidad y los postulados del viejo líder.

El PLD aguarda, espera, a sabiendas de que este es una oportunidad única. El grupo Somos Más de Jaime David Fernández, hizo un encuentro para recibir al candidato ganador. Un símbolo importante de unidad, en un ambiente de desunión y enfrentamientos de sus adversarios.

La Junta Central Electoral trabaja activamente para aumentar su descrédito y desconfianza. Cada una de sus acciones, en vez de sepultar las dudas, las acrecienta. Y las elecciones están a la vuelta de la esquina, y los trabajos están atrasados, y las preocupaciones se magnifican cuando la Comisión de Seguimiento duda y amenaza renunciar. Y mientras todo sucede, los uniformados se sienten cada vez más dueños de la situación. Algunos incluso se sienten tan seguros que ofrecen dinero a los necesitados. Y todo el mundo se pregunta ¿no habíamos superado la etapa del militarismo? ¿Estamos de nuevo recorriendo nuestros paso? ¿Volvemos hacia atrás?

Hay incertidumbre con el futuro de la economía. El dólar llegó a sus niveles más altos. La inflación alcanza el 50%, aunque los expertos de calcular se afanen en negarlo. Las posibilidades de resolver el problema se alejan porque la firma con el FMI no se materializa. El dengue azota como nunca, llevándose 100 vidas humanas. ¿Y las autoridades? Bien gracias. Por otro lado, la divinidad se empeñó en someternos al riguroso examen de la paciencia, y nos envió terremotos e inundaciones. ¡Cuántas pruebas!

Tengo dudas y preocupaciones para este 2004 que se avecina. Un año electoral con crisis económica, política y social, constituyen caldos de cultivo para protestas y convulsiones. Se desatarán las pasiones y los intereses. La oposición seguirá elevando la voz para criticar y protestar por todo, incluso lo poco que esté bien hecho. El gobierno seguirá, como entonces y como siempre, en su lógica interminable de intolerancia a las criticas. El pueblo llano continuará sumergido en su miseria, aprovechándose en el carnaval de dádivas que se avecina. Vendiendo, o haciendo creer que vende, su voto al mejor postor.

Amigas y amigos lectores que comparten cada domingo estas inquietudes, reflexiones y angustias, no tengo muchas expectativas para este año 2004 que se iniciará pronto. Sólo puedo decir que serán otros 365 días de construcción colectiva de la historia. Nosotros tenemos que construir y resistir. No hay más salida.

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