2004: un año para el recuerdo

2004: un año para el recuerdo

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
El año que finaliza ha impactado en todos los dominicanos de las más diversas maneras, destacándose de como el temor y la vergüenza se adueñaron de la población, ya que la violencia se entronizó en todos los lugares y la corrupción manchó con rasgos horrendos la dignidad nacional, por los señeros casos de turbios negocios relacionados con el tráfico de drogas, que han afectado a personajes del calamitoso gobierno del PRD.

Los primeros siete meses y medio del 2004, fueron atormentadores para todos los dominicanos, con una inflación que amenazaba continuar su agitado crecimiento del 2003, con la herencia de que la quiebra de tres bancos en que la población veía la poca voluntad política para enfrentarla, tanto por parte de las autoridades anteriores como las presentes, manteniéndose en bajo perfil, evitando que se regara un escándalo que está en ciernes, en cuanto a qué se va hacer con esos explosivos expedientes bancarios. Parecería que no existe una voluntad política decidida a dar luz verde para llegar al conocimiento a fondo de ese saqueo que sacudió los cimientos institucionales, por las elevadas sumas que abarcó el fraude bancario.

Los últimos cuatro meses y medio fueron totalmente distintos, de forma que hasta la esperanza renació, y el optimismo se apoderó de todos los sectores, al contar con un nuevo gobierno que impactó positivamente en todos los aspectos con una tasa de cambio que se redujo, de cerca del 50 por 1 a mediado de mayo hasta menos del 30 por 1, como está en la actualidad. Se espera un índice de crecimiento, que era negativo para junio pasado, que alcanzaría un índice del 1,8% del PIB, lo cual es un milagro económico por las positivas expectativas que se han puesto en la actual gestión presidencial del doctor Fernández.

Todos los dominicanos, en mayor o menor grado, fuimos afectados por los sucesos políticos del 2004. Desde los generados por la funesta gestión del PRD y del PPH del expresidente Mejía, que empujó a la pobreza a millares de dominicanos, arruinando sus negocios o estimulando el éxodo criollo en frágiles yolas hacia Puerto Rico, o un sector realizando, sin ningún temor a la represión, grandes negocios con el tráfico de drogas, que volvieron a convertir al país en un puente de las drogas, como la había sido en los primeros años de la década del 80; de esa manera se mantuvo un flujo ágil de drogas desde los centros de producción de Sudamérica hasta el atractivo mercado de grandes consumidores de los Estados Unidos.

Se respiran otros aires en el país. Se dice que el PLD tuvo la ventaja de heredar un estado caótico, por lo malo que fue el gobierno del PRD, que sin hacer nada, ha restaurado la confianza y el optimismo abarcando a todas las áreas de la economía, pese a que el ITBIS se elevó al 16%, al igual que las trabas arancelarias, que le impiden al país ser competitivo frente a la avalancha de productos que nos llegan por obra y gracias de los acuerdos comerciales o de los reglamentos de la OMC. Es que en otros países se estimulan las exportaciones, pero aquí se penalizan. Mientras más trabas se le imponen a las exportaciones, más felices se sienten los agentes recaudadores, que se enorgullecen cuando ven aumentar sus niveles de captación, pero el país padece del lastre de una política arancelaria que es una herencia proteccionista que se sostuvo durante la dictadura de Trujillo.

Estos días navideños, sacudidos por el increíble caso del descubrimiento de un impresionante alijo de cocaína y por la sorpresa de como una persona humilde era un poderoso zar de las drogas, que con sus riquezas, competía con las riquezas y poder de las rancias familias del país, han transcurrido en su mayor parte en el entorno familiar y de amigos, debido al temor de ser afectado por la violencia, que gracias a las fuertes medidas de seguridad, se ha controlado un poco, pero está en ciernes para sacar sus garras en cualquier momento y volver a aterrorizar a la ciudadanía, que han convertido a sus hogares en los santuarios favoritos, para no verse víctimas de los antisociales. Las reuniones familiares han estado de moda. Con las fiestas del nuevo año se alterará ese comportamiento, ya que los temores se arrojan a un lado y el hombre y mujer prefiere divertirse en lugares públicos o en animadas fiestas familiares con «traje».

Inauguramos el año con amplias expectativas. Con un monto increíble para el presupuesto nacional, superior a los $206 mil millones de pesos, con posibilidades de un acuerdo con el FMI, pero que dependerá si las autoridades norteamericanas vean que hay una sincera y resuelta voluntad política de llevar a la justicia a quienes quebraron tres bancos, o que definitivamente se dará un ejemplo con los funcionarios del gobierno anterior que cometieron, con desfachatez y descaro, los actos más increíbles de corrupción, denunciándose a los narcotraficantes que mantenían con estrechas relaciones en las más altas esferas de ese funesto gobierno.

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