TEGUCIGALPA. AFP. Los periodistas hondureños están en total indefensión ante una ola de asesinatos que ya dejó ocho víctimas en lo que va del año, y que pueden quedar impunes por la ineficacia de las instituciones del Estado, reconocieron funcionarios y activistas de derechos humanos.
El último de estos crímenes ocurrió el martes pasado, cuando un desconocido le disparó un tiro en la cabeza al periodista Georgino Orellana tras salir del canal de televisión en que trabajaba en la ciudad norteña de San Pedro Sula.
Ninguno de estos asesinatos, que han sido condenados por entidades internacionales de prensa, ha sido esclarecido por las autoridades hondureñas. El ministerio de Seguridad ofreció una recompensa equivalente a unos 13,000 dólares a quien proporcione información para dar con los asesinos de Orellana, en un país que tiene una de las mayores tasas de homicidios en AL.