La crisis financiera iniciada en el año 2008, fruto de tres feroces revoluciones: la de la globalización, la tecnológica y la financiera, caracterizada por mutaciones sucesivas: la súper burbuja inmobiliaria, el extraordinario apalancamiento de los consumidores, la deuda soberana de Europa, etcétera, encontró otro espacio para manifestarse: las protestas de los indignados.

Esta crisis acentuó un proceso que cubre más de una década: el sentimiento de no representación, alineación e indignación de la juventud en relación a las élites políticas, que se expande por la geografía mundial. Consideran estas élites perseguidoras del poder, no para servir al pueblo, sino para su usufructo. El año 2011 se constituyó en escenario para manifestar estos sentimientos, que llegan hoy a su punto de ebullición, incrementado por la presencia de las redes sociales,  permitiendo que los jóvenes las conviertan en medio, por excelencia, para transmitir su insatisfacción, en estos países.

– En Grecia, España, impulsados por el proceso de austeridad y el explosivo aumento del desempleo.

– Explosión anárquica de los barrios más pobres de Londres.

– En Egipto, Tunicia, Libia, Siria, Bahren y Omán como rechazo a gobiernos dictatoriales y extraordinariamente corruptos.

– En Israel, uno de los países más prósperos del mundo, como rechazo a una oligarquía de derecha dominada por grupos de intereses que los jóvenes israelitas llaman: “hos verhillon”, que significa: relación incestuosa del dinero y la política.

– En la India, la más poblada democracia del mundo, una simple ciudadana, Ana Hazare, inició una huelga de hambre, apoyada por centenares de miles de personas, demandando una fuerte ley anticorrupción, que el Congreso apoyó.

– Conforme a un organismo del Comité Central del Partido Comunista Chino, se proyecta que habrá 120,000 protestas en China en el 2011, fundamentalmente en contra de la expropiación de tierras agrícolas pagadas a la séptima parte de su valor por funcionarios locales, así como por la contaminación de las fuentes acuíferas.

– En Chile se escenifican extraordinarias demostraciones en contra del sistema de educación y la desigualdad económica. Chile no tiene pobreza, pero su Gini Ratio (0.7) lo presenta como uno de los países más desiguales de América Latina.

– En Estados Unidos, el desempleo ampliado -incluye los que por pesimismo no buscan trabajos, 16.2%- se han perdido siete millones de empleos de 2008 a mediados de 2011. En adición, hubo pérdidas de cinco millones de viviendas, y cinco millones de hipotecas,  cuyo valor es mayor al de las viviendas. Esta situación provocó lo siguiente:

– La extrema derechización del Partido Republicano que ha convertido al congreso norteamericano en un organismo infuncional.

– El mayor nivel de pobreza en la política social en las últimas siete décadas.

Hay que frenar esta peligrosa situación; y hacer que la economía norteamericana y la europea empiecen a crecer a los niveles históricos de 2.5% a 3%  por año. El crecimiento es, actualmente, 1.5% al año o menos.

– Desafortunadamente, la abrumadora mayoría de los más reputados economistas proyectan un crecimiento parecido para el 2011 y el 2012. Este tipo de aumento se le llama “crecimiento recesionario” porque no crea empleos ni aumenta el consumo privado. 

Situación agravada  por una clase política, en el occidente, que actúa aisladamente, sin sentido de solidaridad y  con falta de visión de lo que ocurriría si un país de la Zona Euro va a la bancarrota; debido a que un escenario de esta naturaleza se convertiría, potencialmente, en explosiva por la existencia de una íntima interconexión del sistema financiero mundial, provocando lo siguiente:

– Una grave y justificada crisis de legitimidad.

– La posibilidad de un contagio con el extraordinario daño social y     económico que esto produce.

– Una profundización y ampliación del movimiento de los indignados que demandan una sociedad transparente, empoderada, participativa y solidaria que les permita ser protagonista en la construcción de una sociedad con una economía vibrante y con equidad social y económica.

El 2011 acogió esta inédita modalidad de lucha de los ciudadanos del mundo. Y todo indica que en el 2012, este escenario se ampliará y profundizará, pues la crisis mundial, que no cede, encontró su mayor y más firme contestatario en la juventud del mundo.