2012, otro año electoral

2012, otro año electoral

De 1994 al 2012, se habrán celebrado en el país 10 elecciones entre presidenciales y congresionales-municipales.

Si pasamos balance a las últimas décadas, las elecciones dominicanas se han hecho rutinarias, son más costosas, más clientelistas, menos fraudulentas y ofrecen menos propuestas. En el caso de las elecciones presidenciales, los niveles de votación han sido relativamente altos, no así en las congresionales-municipales.

Rutinarias quiere decir que las elecciones se han realizado en las fechas y circunstancias estipuladas, con excepción de 1996 cuando se adelantaron por el Pacto firmado en 1994 para salir de la crisis producida por el último fraude electoral del balaguerismo.

Que las elecciones se celebren en las fechas estipuladas y con un nivel de participación aceptable, por lo menos en las presidenciales, es símbolo de fortaleza del sistema político dominicano.

El costo de las campañas ha aumentado, pero también el financiamiento disponible. Los partidos son las entidades más subsidiadas de la sociedad dominicana. Por ley, reciben financiamiento del presupuesto nacional y de personas físicas sin establecerse límite legal al monto. Los partidos en el gobierno se benefician de los recursos públicos para establecer y engordar sus clientelas políticas, y se especula además que reciben dinero de fuentes ilegítimas como el narco.

Reducir el costo de las elecciones es muy difícil porque los medios de comunicación, como grandes beneficiarios de la propaganda electoral, se oponen a la regulación de los anuncios de campaña, y porque los partidos y candidatos dependen más del clientelismo electoral que de las propuestas políticas.

Esta primera parte del año 2012 será copado por las elecciones presidenciales en una competencia reñida entre el PLD y el PRD, que mantendrá la sociedad dominicana sintonizada en lo político-electoral.

El PLD utilizará todas herramientas para ganar. Está unido y como partido oficial tiene la ventaja de los recursos del Estado. El PRD dependerá para una victoria de su capacidad de proyectarse unificado, hacer críticas legítimas al gobierno y generar cierta ilusión en la población.

Será una lucha fundamentalmente de grupos clientelares; unos por quedarse y otros que aspiran a llegar al gobierno. Las clientelas, sean de hecho o aspiración, representan un segmento amplio del electorado. Tienden a votar porque tienen un incentivo específico para hacerlo.

Los partidos minoritarios tendrán un papel muy limitado en estas elecciones. El PRSC, el más grande de los pequeños, ha colapsado. No proyecta a la fecha un candidato propio y muchos de sus dirigentes se han dispersado entre el PLD y el PRD, al igual que los votantes reformistas.

La mayoría de los partidos minoritarios se adhieren al sistema clientelar de los partidos grandes, y los otros han mostrado incapacidad para aglutinarse en torno a una candidatura con posibilidad de captar un porcentaje importante de votantes.

Por otro lado, las elecciones mueven muchos recursos y eso dinamizará la economía dominicana en los primeros meses del 2012, aún bajo las nubes oscuras de la crisis económica internacional que emana de los países del capitalismo desarrollado.

Concluidas las elecciones de mayo, el panorama no parece particularmente halagüeño. Ni el PLD ni el PRD genera suficiente entusiasmo para sortear los problemas económicos, los déficits en los servicios públicos y el aumento en la criminalidad.

Un nuevo gobierno, sea del PLD o del PRD, que oferte más de lo mismo podría generar serios problemas de gobernabilidad después del 2012, y no contará con elecciones cada dos años para distraer la población con promesas de campaña que son generalmente incumplidas.

Esto significa que en el cuatrienio 2012-2016, el gobierno tendrá que actuar mejor para que se mantenga la estabilidad política.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas