“¡Acabo de sacudirme de todo ese lastre del 2014! –grita Píndaro emocionado- ¡Me han dado un masaje que recompuso mis huesos hasta el tuétano!”
“¿Y por qué tanta bulla? –pregunta Jade- ¿De cuándo a dónde un masaje te pone así?”
“Es que me han inducido casi cinco mil años a través de diez dedos y unas manos prodigiosas… Una fuñenda a la que llaman el ayurveda, me ha restablecido mi balance corporal, eliminando mi vikriti, y podría ser una solución para todos los que andan por ahí estresados y con el caco vuelto loco por los compromisos que han asumido en estas fiestas navideñas, para dejar contentos a sus familiares pero quedar enliados hasta la coronilla…”
“¿Y qué caray es eso de ‘ayurveda’?” –pregunta un angustiado Jade…
“Eso significa ‘ciencia de la vida’ –le responde Píndaro-… y se deriva del cuerpo de antiguas enseñanzas espirituales conocidas como los Vedas”.
“¡Anjá, ahora me la estás enredando más!… ¿Y, por qué le dicen ‘Ayurveda’ y no Ayuda de verdad?” – cuestiona Jade-…
“Jajajaja… Las cosa tuyas… -sonríe Píndaro-… El ayurveda es un sistema integrado de teorías y técnicas específicas que emplean dietas, hierbas, ejercicios, meditación, yoga y, por supuesto, el masaje o trabajo corporal que es lo que me han aplicado a mí…”.
“Y… ¿Qué es lo que persigue ese invento? –exclama Jade-…
“La meta del ayurveda –expresa Píndaro-. es alcanzar la salud óptima a todo nivel: físico, sicológico y espiritual. Hoy se estima que el ayurveda es utilizado por un 80% de la población de la India, aunque a menudo se practica en conjunto con la medicina convencional. En nuestro país, desde hace muchos años los masajes han sido la recuperación de muchos de nosotros que regresamos a casa muertos de cansancio y recomendados para hilacha…”
“Pero… vea que invento ese tuyo… -murmura entre dientes Jade- … ¡Tú pareces que estás quedao y quieres privar en modernista!”
“¡Qué iluso eres, Jade –riposta Píndaro-… En los tiempos modernos y especialmente en los países occidentales, la práctica del ayurveda está menos enfocada en sus raíces espirituales y se utiliza más bien como una forma de medicina complementaria o alternativa y, por eso, yo he podido disfrutar de esa nueva forma de vida para prepararme al éxito en este nuevo año. En 1980, se acuñó el término «Maharishi Ayur-Ved,» para incorporar la meditación trascendental como parte del enfoque ayurvédico”.
“Entonces… ¿cuando me duela un pedazo de mi cuerpo, sólo tengo que llamar al ayurvedista? –se pregunta Jade-..
“Deja el relajo, amigo Jade –responde Píndaro-… En occidente, el ayurveda es practicado por doctores en medicina, médicos osteópatas, naturópatas, acupunturistas, enfermeros, terapeutas masajistas y quiroprácticos, pero, lo más importante a tener en cuenta es que el ayurveda depende grandemente de la voluntad que la persona tenga para cambiar su estilo de vida y comportamiento… No es solo tender a llamar a un médico para que me recete algo… Si no tienes el íntimo deseo de cambiar, tomarás ‘por un tubo y siete llaves’ un montón de medicinas que te indicarán tus médicos y, al final, tu mente seguirá por un lado y tu cuerpo por otro…”.
El ayurveda es un vehículo que nos permite aprender que la energía vital, conocida como prana, es la base de toda la vida y curación. A medida que el prana circula por todo el cuerpo humano, se rige por los cinco elementos: tierra, aire, fuego, agua y éter. La salud es un estado de equilibrio y armonía de los cinco elementos. La enfermedad ocurre cuando hay un desequilibrio o falta de armonía entre ellos.
“La meta final del Ayurveda y que debe ser la nuestra en este 2015 –sentencia Píndaro-, es siempre lograr balance y armonía de los doshas y purificar y armonizar todo nuestro sistema mente/cuerpo”.