Cuando entre el 2016 no felicitaremos a los dominicanos por el nuevo año, sino por el trascendental, importante y complejo evento que se celebrará el 15 de mayo, las “elecciones generales”.
La significancia de tal evento es histórica, porque estaría en juego la paz social, la democracia, la moralidad pública y sobrevivencia de la nación. Pues la situación en que vivimos demanda de un cambio de rumbo.
Las venideras elecciones serán un magno escenario donde los dominicanos y dominicanas tendremos la oportunidad de cumplir con un deber, ejerciendo el derecho de elegir y ser elegido, como lo señala la Constitución de la República.
Como la sociedad dominicana atraviesa por una gran crisis moral, ética, institucional y de valores que parecen estar socavando los cimientos que le dieron origen de nación cristiana, solidaria y respetuosa de sus leyes.
Es propicio el 15 de mayo iniciar con el voto un proceso de recuperación integral de la moral nacional perdida. Tendremos la oportunidad de decidir el cambiar este destructivo sistema de gobierno que está destruyendo los valores, la fe y la buena convivencia en los hogares.
Tendremos la valiosa oportunidad de elegir por un cambio del modelo de gestión y visión de un estilo de gobierno que parece no haber tenido resultados que satisfagan las principales necesidades de las mayorías de los dominicanos, “los pobres”.
En este nuevo año, queremos exhortar a los dominicanos a ejercer sus derechos ciudadanos. A que con su voto de manera reflexiva, consciente y libérrima seleccione los mejores hombres y mujeres para que enrumbe la nación por el camino de la moralidad, la ética, la eficiencia y la satisfacción social.
Que elijamos a personas con capacidad gerencial, no cuestionadas, honestas, humildes, creíbles en lo que dicen y hacen, preocupadas por los más pobres y con espíritu de servir y no de servirse de los bienes del Estado.
Votaremos para cambiar este ambiente enfermo, contaminado por el desorden, la deshonestidad, la agresividad, la incomprensión, la intolerancia y el antihumanismo.
Votaremos para tener gobernantes líderes sociales que sean referentes éticos, morales, laboriosos creadores de valores y que sean verdaderos paradigmas a seguir e imitar por las presentes y futuras generaciones. Ese es el feliz año nuevo que deseamos.
Un año para la transformación exponencial de nuestra sociedad. Acudamos con firme decisión a cumplir con nuestro deber, pero también esperamos que nos respeten la voluntad expresada en las urnas.