Me correspondió el honor y la honra de predicar cerca de la medianoche, minutos antes deconcluir el 31 de diciembre del 2016, en la iglesia Ministerio Pentecostal Central de Atlanta, en Estados Unidos; y a continuación, resumo el mensaje que Dios puso en mi corazón: el año 2017 será un tiempo de bonanza.
Habrá una situación de mejoría económica, social y espiritual, especialmente para los que aman a Dios. Este año termina con el número 7, y ese es el número de la perfección de Dios; seis días escogió Dios para hacer el mundo y en el séptimo descansó y vio el fruto de su trabajo; siete eran los sacrificios que se hacían antiguamente; no solo siete veces hay que perdonar, sino setenta veces siete, al que ofende a uno. Hay un tiempo para todo, dice Eclesiastes. Ahora es tiempo de edificar. Aunque parezca otra cosa, así como Jesús reprendió los vientos y las tempestades, se hizo una bonanza, así habrá una expansión en la economía mundial y en particular en los Estados Unidos. Ya pasó el ciclo de la contracción económica, el de la crisis financiera e inmobiliaria; ahora llega el de la expansión. Pero que eso sea posible, no basta con creer en Dios; hay que creerle a Dios.
Así como Dios uso a líderes y reyes paganos, como Nabucodonosor y Ciro en la antigüedad, ahora Dios se prepara para usar a Donald Trump para bendecir al mundo y a los Estados Unidos; si en algo ha sido coherente Trump ha sido en defender y bendecir a Israel. Y el que bendice a Israel es bendecido por Dios. Fueron siete las bendiciones que Dios le dio al padre Abraham; y somos bendecidos con el creyente Abraham.(Galatas 3:8-9).
El 2017 será un año de expansión de las bendiciones espirituales de los creyentes en Cristo; habrá una mayor poder del Espíritu Santo en sus corazones. Y aunque se incremente la maldad, el pecado, la apostasía, falsos evangelios y la corrupción, habrá una mayor polarización entre las fuerzas del mal y las del bien. Así como abunda el pecado, sobreabundará la gracia. (Romanos 5:20). Dios nos dice que para el 2017: El que es injusto, sea injusto todavía; el que es impuro, sea impuro todavía; el que es justo, practique la justicia todavía, y el que es santo, santifíquese más (Apocalipsis 22:11). Será tiempo de la perfección de Dios para aumentar el carácter y la ética cristiana; será el año de la bonanza del Hombre Nuevo en Cristo Jesús.