2023 empezó como escenario de guerras, conflictos y tensiones sin límites, innecesarias por demás y, como tales, inútiles. Termina con más guerra, nuevas masacres, tensiones repetidas y focos explosivos. La Tierra es cada día más invivible, hay quienes insisten en hacerla insoportable a los terrícolas.
La guerra en Ucrania terminó desde que comenzó, el resultado es casi el mismo escenario de antes que estallase el choque. Desde los primeros días los ucranianos empezaron a negociar y de Londres, con avenencia de Washington, pidieron que no negociara con el sueño de destronar a Putin, casi nada ha cambiado.
Kiev no va a entrar en la OTAN, tendrá que declararse neutral y Rusia no enfrentará amenazas de seguridad desde territorio ucraniano: objetivo real del Kremlin, no otro, a pesar de las novelas, mal redactadas, inventadas. Rusia ganó la guerra desde marzo de 2022 pero las muertes continúan y quien parecía destinado a convertirse en algo ejemplar y posible Premio Nobel de la Paz, a pesar de promover la guerra, ha devenido algo que ya no se sabe que es. Quizás sí resulte imposible rescatar la integridad ucraniana en el Este.
En Tierra Santa, aunque algunos sacerdotes olvidan reclamar paz y fin de la masacre y el liderazgo occidental ni mira, se masacra impunemente a miles de niños. Doloroso el ataque que sufrió Israel, pero inmoral la venganza indiscriminada. El Mossad perdió brillo, ni se percató, aparentemente, de las toneladas de tierra que movían en sus narices. No soportan que civiles palestinos vean la humillación que propinó Hamas y tratan de eliminarlos a todos. Indescriptible el respaldo de EEUU. Sigo preguntando donde está la CPI, tan diligente en otros casos.
La ambigüedad estadounidense puede llevar a Taiwán a creer que EEUU los defenderá y aventurarse a una “independencia” imposible. Sueño que devendría en pesadilla. Mas suplicio. Demostrado que no han podido contra Rusia menos podrían contra China, muchas economías implosionarían.
En la península coreana todo puede salirse de control. 70 años después, oficialmente, no ha concluido la guerra. Urgente buscar alternativas a la política de amenazas.
Milei no tiene camino que no sea represión y disolución del Congreso para aplicar su alocada política neoliberal, siempre insostenible. Veremos cómo reaccionan los defensores a ultranza del “orden y valores”.
Gloria a Dios en las alturas y paz (¿?) en la Tierra a los hombres de buena voluntad (¿?).