En el abordaje de nuevas emisiones el regulador deberá dar muestras inequívocas de su comprmiso con las buenas prácticas y principios que rigen el mercado
El año 2023 marcó un salto histórico del mercado dominicano de valores, con el inicio de la emisión y colocación de acciones, y deja la tarea de seguir fortaleciendo la regulación, para que la credibilidad en el mercado crezca y se fortalezca.
Los primeros dos emisores de acciones han sido César Iglesias, con acciones comunes, y Promérica, con acciones preferentes.
La colocación de esas acciones no solo ha abierto oportunidades de inversión para los ciudadanos y empresas dominicanas, sino que también refuerza la confianza en el mercado de valores del país.
Se trata de dos iniciativas que han abierto un nuevo capítulo en el sector financiero dominicano, alentando a los ciudadanos a invertir, ahorrar y contribuir al crecimiento sostenible del país.
Se espera que para en el 2024 (año en que los primeros adquirientes de acciones comenzarán a recibir dividendos), otras empresas sigan los pasos a los precursores y toquen las puertas del regulador en busca de hacer sus ofertas.
Y será un momento de gran desafío para el regulador, que deberá dar muestras inequívocas de su compromiso con las buenas prácticas y principios que rigen al mercado de valores, que deberán siempre estar por encima de las conveniencias de actores particulares, poniendo los candados necesarios para evitar que las puertas se abran a los tratos preferenciales.
A esta misión ayudarán los resultados de una misión de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, sigla en inglés) que recientemente estuvo en el país y que hizo una evaluación del mercado, comprobando que el país tiene una buena ley y que cuenta con recursos humanos calificados, pero que se impone continuar fortaleciendo el compromiso con los principios que rigen al mercado.
La SEC protege a los inversionistas y mantiene la integridad de los mercados de valores.
Los principios a que debe ceñirse el regulador en el proceso de emisión y colocación de acciones deben conducir a tres objetivos: la protección de los inversores, garantizar que los mercados sean justos, eficientes y transparentes, y la reducción del riesgo sistémico.
Aunque son muchos los principios a los que debe ceñirse el regular, siempre es importante destacar el de que la regulación promoverá la transparencia en la negociación, el de que la regulación estará diseñada para detectar e impedir la manipulación y otras prácticas desleales en la negociación, y el de que la regulación tendrá por objeto asegurar la debida gestión y control de los grandes riesgos, el riesgo de incumplimiento y la distorsión del mercado.