22 desafíos para el 22 (A la tercera parte del tiempo transcurrido)

22 desafíos para el 22 (A la tercera parte del tiempo transcurrido)

La recuperación económica alcanzada ha sido posible gracias a una respuesta favorable de la iniciativa privada y el apoyo del Presidente de la República

El próximo 16 de diciembre cumple el Gobierno 16 meses de ejercicio. Habrá transcurrido la tercera parte de su periodo constitucional. Esto, junto al advenimiento de un nuevo año, brinda ocasión propicia para evaluar y replantear ejecutorias: sus resultados, reservas, errores y omisiones.

Lo más relevante ha sido el movimiento de la acción pública contra la corrupción. Abrigamos la esperanza que tengan el seguimiento y sustentación adecuadas para que “no se caigan los expedientes”, sobre todo ante la abundancia y complejidad de casos que pudiera impedir a la administración de la PGR implementar plenamente la voluntad nacional de combatir la impunidad.

La contundencia con que el Presidente de la República actuó frente al último escándalo en el Ministerio de la Juventud, contrastando con el desentendimiento y benignidad a través de suaves sanciones en casos anteriores a través de suspensiones y licencias; constituyen signos de intenciones de combatir las amenazas de corrupción que se vislumbran en la presente gestión de gobierno

.La estabilidad cambiaria ha sido importante. Ha contribuido a establecer clima de inversiones y a contener la inflación importada. Habría que despejar las incógnitas de precariedad que asoman a dicha estabilidad por haberse alcanzado gracias al endeudamiento en dólares mediante bonos soberanos, sin contraparte de inversión en programas y si será posible sostenerla sin nuevos financiamientos en agenda aprovechando mejorías en las calificaciones de riesgo del país; así como el papel de las remesas alentadas por los programas sociales en USA que el Gobierno de esa nación amenaza con reducir.

.La recuperación económica alcanzada ha sido posible gracias a una respuesta favorable de la iniciativa privada alentada por lo anterior y el apoyo emanado personalmente del Presidente de la República con su presencia en inauguraciones. Sin embargo, resulta impostergable lamentar que de los seis grandes sectores que conforman la economía dominicana, el único sector rezagado ha sido la agricultura. Los resultados de la economía a septiembre muestran que mientras el PBI total creció 12.7%, la agropecuaria apenas crecía 1.6%, 8 veces más lenta que el promedio nacional.

.Corregir los efectos del rezago agropecuario en la autosuficiencia alimentaria en el mundo post-pandémico, entorpecido por suspensión de procesos productivo y congestión en la logística internacional de comercio y transporte, es de vital importancia. Pero además, el rezago agropecuario influye en el equilibrio demoterritorial rural-urbano, regional y en la disminución de la presión migratoria interna y externa. Revertir todo ello es urgente, imprescindible e impostergable; lo cual requiere, como punto de partida que las inversiones públicas se distribuyan equilibradamente en todo el territorio nacional en lugar de concentrarse en los principales centros urbanos de la nación.
.El rezago conlleva abandonos de campos que inducen tentaciones de ocupación por migrantes haitianos acostumbrados a la depredación forestal. Esto refuerza la necesidad de diseñar modelos de relaciones dominico-haitiana sustentados en la cooperación en lugar de la confrontación. El afianzamiento del Gobierno haitiano y sus propósitos de institucionalizar el país deben ser apoyados por el dominicano. Y adoptar acciones conjuntas para dar seguimiento a la presentación ante el Consejo de Seguridad de las NNUU del informe preparado por la enviada especial del Secretario General de ese organismo el pasado mes de octubre; sobre lo cual desconocemos que el Gobierno dominicano haya dado seguimiento alguno.

.El rezago agropecuario presente refuerza la tendencia a disminuir la importancia del sector que viene observándose desde hace años hasta el punto de constituir apenas hoy 5% del PBI, la mitad de lo que era antes, confirmando que ya estamos dejando de ser el “país eminentemente agrícola” que éramos antes en momentos que el fomento de la economía primaria, de “comodites” se hace prioritario en el presente pandémico, lo cual requiere más atención pública a nuestros campos en términos de infraestructura de productiva y social así como flexibilización de las condiciones crediticias a nuestros productores rurales.

. Revertir el rezago agropecuario proporcionará otros beneficios económicos importantes, especialmente relacionados con la inflación de productos esenciales que consumen nuestras clases sociales más desfavorecidas acostumbrados a comer víveres, granos y frutas de nuestros campos en lugar productos importados encajados o enlatados cuyos precios resultan afectados por la inflación magnificada por deficiencias productivas del exterior y dificultades de comercio y transporte.

.A propósito de estas dificultades en el comercio exterior, la revisión amigable de los tratados comerciales con países con los que mantenemos relaciones comerciales y diplomáticas debe ser implementada para seguir protegiendo nuestra agropecuaria de la expiración de las disposiciones sobre salvaguarda contenida en los mismos para que se importen bienes producidos en el país.

. Otra materia que corregir dentro de nuestro modelo económico se refiere al empleo de calidad, “digno” como manda el artículo 62 de nuestra constitución. El hecho que hay más empleos informales que formales debido entre otras razones al complicado sistema tributario vigente que impulsa a la informalidad a empresas y establecimientos que desamparan trabajadores de los beneficios de la seguridad social, requiere una intervención estatal.

. Para mejorar la calidad del empleo la seguridad social misma requiere ser revisada en todas sus vertientes. Para garantizar una pensión digna a los trabajadores, universalizar la atención primaria, mantenérsela a los que han perdido el empleo, simplificando los tramites ante riesgos laborales e incapacidad y blindando los recursos que administra en términos de rentabilidad, evitando su desvalorización y preservando la solvencia ante su posible incidencia de riesgos al sistema financiero; lo cual requiere una mayor diversificación de su cartera.

Rezago agropecuario influye en el equilibrio demoterritorial

La seguridad social misma requiere ser revisada en todas sus vertientes

Revertir el rezago agropecuario proporcionará otros beneficios

Publicaciones Relacionadas

Más leídas