25 de abril de 1965, 4.55 p.m

25 de abril de 1965, 4.55 p.m

.POR JESÚS MARÍA HERNÁNDEZ SÁNCHEZ
En ese entonces el suscrito ostentaba el rango de Alférez de Navío (1er. Teniente) Abogado de la Marina de Guerra y en tal virtud estaba participando activamente en la conspiración cívico-militar que dio al traste con el Triunvirato.

A la cabeza del movimiento en la Marina de Guerra estaba el capitán de navío (coronel) Librado Andújar Matos, quien estaba sufriendo de fiebre que creemos era una varisela incipiente, quedó entonces como máxima figura el capitán de fragata (Tte. coronel) Manuel R. Montes Arache, quien por su arrojo y valentía en los acontecimientos futuros sería designado Ministro de las Fuerzas Constitucionalistas.

Desde las 3:00 p.m. de ese domingo 25, decenas de oficiales superiores de las tres armas estaban en el Palacio Nacional discutiendo el destino inmediato de nuestra nación; unos apoyando el regreso del profesor Bosch a la Presidencia tal y como había sido nuestra consigna, y otros temerosos tal vez, de la retaliación que desde el poder pudiera tener el Presidente Bosch contra alguno de ellos por su participación en el Golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963 abogaban por una Junta Militar. Tres civiles se hallaban presente en esa reunión a puerta cerrada que se inició formalmente cuando el teniente coronel Miguel A. Hernando Ramírez, cabeza del Movimiento Constitucionalista, arribara a la misma; esos civiles eran el Dr. José Rafael Molina Ureña dirigente civil de la conspiración, su inseparable amigo el Arq. Leopoldo Espaillat Nanita, el amigo Polín, y el Dr. Homero Hernández Almánzar (mi tío) quien había estado colaborando con el Movimiento. La discusión entre los presentes continuaba álgida, siendo las 4:40 de esa tarde el general Juan de los Santos Céspedes (Pimpo) Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, se comunicó por teléfono con el coronel Emilio Ludovino Fernández (Milito) presente en la reunión y le advirtió que si a las 5:00 p.m., no había un acuerdo de Junta Militar o Cívico-Militar bombardearía el Palacio Nacional; se pasó entonces a un receso y siendo las 4:55 p.m., un avión de la Fuerza Aérea Dominicana ametrallaba el Palacio Nacional, el suscrito en ese momento a lado de un Coronel de la Fuerza Aérea oyó claramente cuando éste reclamaba «Esos no son dominicanos me mandan a parlamentar y tiran conmigo adentro», los militares pro Junta Militar salen de prisa del Palacio, permaneciendo en él los que estábamos de acuerdo con el retorno a la constitucionalidad…había estallado la guerra fraticida en nuestra amada Patria.

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