25 de Noviembre: día solidario a la mujer

25 de Noviembre: día solidario a la mujer

La  historia  universal no ha hecho  todavía  el estudio  necesario  que  permita medir la participación activa y militante de las  mujeres  frente  a todas  las  formas  de la  violencia, que día a día se incrementa en el mundo. Esta es una tarea pendiente en muchos países, sobre todo, desde el 25 de noviembre de 1960, fecha en que fueron asesinadas las Hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, por instrucciones de la más oprobiosa tiranía latinoamericana: la de Rafael Leonidas Trujillo Molina, a quien –increíblemente- en el presente tratan de homenajear  a través de sus familiares, banalizando las crueldades e intentado destruir la construcción de la memoria histórica reciente del pueblo dominicano.

En la actualidad, de lo que se trata  es de hacer  memoria  y  educación sobre la necesidad  de mantenerse cuidadoso de todo  desliz  ideológico y  político  que  comprometa los logros democráticos de los pueblos.

Como respuesta, este  año  más  que  nunca,  nos  toca  ir más  allá de una  simple  conmemoración  del 25 de noviembre. Nos toca mantenernos firmes y con mucha vehemencia cuidar la memoria de estas tres ciudadanas ejemplares dominicanas, cuyo  asesinato levantó la conciencia  nacional e internacional.

Ellas tres, las Hermanas Mirabal, significan la participación y el compromiso de las  mujeres  frente  a los  horrores de las dictaduras y de los  absolutismos, sin que importen los colores, porque  ellas, como muchas otras mujeres en el  mundo actuaron con responsabilidad  y determinación frente a la opresión, a los crímenes  de una cruel dictadura y a la falta de libertad.

No aceptaron ser  las esposas escogidas de hombres y ciudadanos de bien, muy comprometidos con su pueblo al igual que ellas; quienes con su propia inteligencia y dignidad estaban  listas y  preparadas para enfrentar al régimen, codo a codo con sus compañeros, familiares y amigos, lo que trajo por respuesta el dictamen de un crimen salvaje y cobarde, porque el  dictador  y su entorno no tenían  ni  intención, ni capacidad  de  enfrentar lo que ellas significaban: valor, sabiduría, compromiso.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  inteligencia.

Al recordarlas, vemos un gran  camino abierto  por tantas  mujeres  del mundo entregadas a las nobles causas de la verdad y de la  paz. Muchas, asilenciadas, otras  encarceladas;  pero la resistencia de las  mujeres  no se detiene  frente al poder  ni a la violencia de  género,  las luchas  son cada  día  más  visibles y a diario vemos esos frutos.

El 25 de  noviembre,  no podremos  olvidar el legado de Dolores  Ibarruri “La  Pasionaria”, quien levantó en huelga todo Asturias para  enfrentar los  golpistas franquistas y defender los colores y los valores de la bandera  republicana española, y me refiero a ella porque sin el exilio hubiera  conocido el mismo  destino…

El  mismo franquismo que persiguió a la Ibarruri y muchas valiosas mujeres, no dejó de perseguir en los años 70, a mujeres  como  Eva  Forest, detenida  en  Carabanchel, sometida  a la  tortura  y al suplicio del agua, y  liberada  gracias al levantamiento en  Europa  de una  coordinadora  internacional que  militaba desde París,  Londres  y  Roma, para pedir al liberación de esta luchadora, así como también, la de  Lidia  Falcón y de muchas  mujeres  menos conocidas y anónimas, victimas de los  últimos coletazos del  franquismo. Y es que  justamente, todas ellas se merecen en vida  o en muerte el calificativo de pasionarias, por haberles dado a la lucha esa  vehemencia y firmeza de mujeres capaces de perder sus  vidas para  cumplir con sus ideas y sus  ideales  al servicio de las mayorías. Mujeres  que han caído y siguen cayendo dejando en la  humanidad un  eco  y una  fuerza de dignidad  universal.

Los días 25 de noviembre, las  Hermanas  Mirabal  nos llaman a recogernos  y pensar en el gran coraje  de todas  las  mujeres apasionadas  y  pasionarias, como  la desparecida  Indira Gandhi, Benazir  Bhuto, la militante  y dirigente  de la oposición  birmana Aung  San  Suu   Kyi, la ruandesa   Agathe  Uwiigginwana, todas asesinadas  por querer  participar en los  cambios  por un mundo mejor, como todas   las Madres de la  Plaza de  Mayo, que con  firmeza y  determinación, con una  simple  pañoleta  blanca le impusieron  a los regímenes  militares de  Argentina el espejo de la vergüenza, y el clamor de la dignidad.

Vale destacar la lucha de tantas mujeres anónimas que en África se enfrentan a las leyes costumbristas que las exponen a casarse por la fuerza y dentro del sistema poligámico, desde su adolescencia. Tampoco podemos ignorar  el sometimiento al poder  patriarcal que se ejerce  en el mundo entero con el maltrato  físico  y  moral en dirección de las  niñas  y de las  mujeres  adultas, como ocurre en la  mayoría de los  países asiáticos, con ejemplos específicos en  la India, Malasia,  Birmania,  donde  en muchas  etnias  los  hombres someten a las mujeres por  leyes costumbristas a la paliza; crimen  que los hombres  ejercen  protegidos  por esa arcaica y desgraciada ley.

Por todo esto, una de las historias –aunque muy cruel y dolorosa- más importante y que deben conocer los jóvenes es el asesinato de las Hermanas Mirabal, y explicarles que la sangre de estas heroínas fueron el abono definitivo para que el Pueblo Dominicano obtuviese su libertad,  ese glorioso 30 de Mayo de 1961.

Es importante recordarles  también  a los  jóvenes, la necesidad  de construir  una sociedad de paz  con  el aporte integrado por los valores femeninos y la visión del  mundo con la  justa  participación  de las  mujeres, pues  por encima de las luchas llevadas por  personalidades  como Rigoberta  Menchú,  Angela  Davis, entre otras, en el campo  político  frontal, el  espacio  ocupado  por las mujeres  en las  grandes decisiones del  mundo sigue  siendo  limitado  y  obstaculizado  por una visión  del poder en manos de la  reyerta masculina.

En pleno  siglo  XXI, después de los aportes de reflexión filosófica   e ideológica de intelectuales de la dimensión de  Simone de  Beauvoir, Luce  Irigaray, Julia  Krsteva, Elizabeth  Badinter, todavía  no se  ha resuelto la paridad  de la  participación de la  mujer en  los estamentos del poder  y de las decisiones  estatales, hecho destacable a nivel  global…

Nos  parece  que  el 25 de noviembre  tiene  que ser  más  que  un día de celebraciones  simbólicas, debe convertirse en un día de contribución  cívica  y educativa por la convivencia y la paz, sea en todas las instituciones públicas y privadas, asociaciones y espacios nacionales en los que se debata la contribución y acción de la  mujer en el fortalecimiento de la democracia, hasta en los centros educativos y en los hogares. En estos días de intentos de banalización de la dictadura, el alto vuelo  de  “las mariposas”  llama  nuestras  conciencias.

En honor a las Mirabal

25 de noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Declarado mediante resolución 54/134 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Invitando a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen en ese día actividades dirigidas a sensibilizar la opinión pública respecto al problema de la violencia. Desde 1981, las militantes a favor del derecho de la mujer observan el 25 de noviembre como el día contra la violencia. La fecha fue elegida como conmemoración del brutal asesinato en 1960 de las Hermanas  Mirabal.

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