295 posibles proteínas para combatir el VIH

295 posibles proteínas para combatir el VIH

EE.UU., (EFE).- Científicos del Instituto Salk de Estudios Biológicos y el Instituto Burnham de Investigaciones Médicas de Estados Unidos, en La Jolla han identificado 295 proteínas humanas que ayudan al VIH a establecerse en las células.  El descubrimiento que permitirá trabajar en nuevas terapias contra el sida, lo publica hoy la revista «Cell».

El VIH como el resto de virus, no puede multiplicarse por sí solo por eso necesita infectar células y hacerse con su maquinaria de replicación. El VIH en concreto sólo cuenta con 15 proteínas para entrar y poner en marcha el «secuestro».

El estudio, que reconstruye por primera vez el mapa de interacciones entre las proteínas del VIH y las proteínas del huésped en los primeros momentos de la infección, permitirá emprender el desarrollo de una nueva clase de terapias que impidan al virus hacerse con el control de las células.

Actualmente se utilizan más de una docena de fármacos para tratar la infección del VIH, con los que es posible incluso reducir la carga viral hasta valores indetectables. Sin embargo, y a pesar de una fuerte terapia antiviral, al cabo del tiempo el virus acaba por esconderse.

Lo hace integrando su material genético en el de la célula, de modo que puede seguir multiplicándose a la vez que lo hace su huésped, pasar inadvertido para el sistema inmune y a salvo de cualquier tratamiento. Es lo que se conoce como estado latente.

De ahí la necesidad urgente, según el doctor John Young, profesor del Laboratorio de Enfermedades Infecciosas en el Salk, de desarrollar esa nueva clase de terapias que detengan al virus en sus primeros pasos, más que, simplemente, intentar mantener su multiplicación bajo mínimos.

«Todas las proteínas que hemos identificado participan en los primeros estadios del ciclo vital del virus que preceden a la integración en el genoma del huésped», explica a Efe el doctor Sumit K. Chanda, profesor asociado del Laboratorio del Centro de Enfermedades Infecciosas e Inflamatorias en el Burnham que ha codirigido la investigación junto a Young.

«Por lo tanto, bloqueando la acción de cualquiera de estas proteínas se incapacitará al virus para que prolifere antes de que entre en estado latente», añade.

Pero no todas las proteínas identificadas podrán convertirse en diana terapéutica. Antes de comenzar el diseño de cualquier fármaco hay que comprobar que las candidatas a diana cumplen algunos requisitos.

Chanda subraya que si bien con este estudio «se abre un nuevo frente en la guerra contra el VIH, hay que tener cuidado a la hora de elegir cuáles, de entre todas esas proteínas, serán las mejores dianas terapéuticas».

Una de las condiciones necesarias es que su bloqueo no provoque efectos secundarios indeseados. «Uno debe estar seguro de que la cura no va a ser peor que la enfermedad», apunta Chanda.

Normalmente, el descubrimiento convencional de una nueva droga, un nuevo fármaco, suele llevar alrededor de diez años, con un coste que puede alcanzar los mil millones de dólares.

No obstante, Chanda cree que ese tiempo se podría reducir a la mitad con el desarrollo de nuevas terapias basadas en el ARN de interferencia, muy prometedoras de momento.

Este tipo de moléculas, los ARNi, a diferencia de los fármacos convencionales que inciden sobre las proteínas, se adelantan e impiden que éstas se lleguen siquiera a producir. EFE

 

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