“Sabemos que usted, señor Presidente, se preocupa por adecentar la ciudad y se puede andar en un lomo de yagua, pero nuestros sectores lucen arrabalizados y olvidados y con calles intransitables. Nos preocupan las cañadas, el río y el puente La Ciénaga, necesitan que sea saneadas, pues es un foco de contaminación y enfermedades. Esperamos se generosidad”. Las palabras que pronunció durante la bendición de una escuela y un liceo que el presidente Danilo Medina inauguró el pasado miércoles en Santiago convirtieron al sacerdote católico Benito Cruz Lantigua, de la parroquia San Juan Bautista, en un personaje famoso debido a la inusual reacción que provocaron en el mandatario. Es por eso que queremos saber un poco más del cura que consiguió sacar de su prolongado mutismo al presidente Medina, quien según las crónicas que reseñaron el acto lució por momentos exaltado y casi molesto. Aunque tal vez la pregunta correcta sea porqué reaccionó de esa manera el mandatario, quien se despachó con una perorata de media hora en la que defendió con ardor los logros de su gobierno, si el cura solo pretendía llamar su atención sobre los problemas que agobian a su feligresía. ¿Se encuentra estresado por la gran carga de trabajo? ¿O es la reacción de un gobernante que encaja mal las críticas, sobre todo si se producen en un acto público y en su presencia? Es probable que la respuesta correcta no sea ninguna de las anteriores, pero fíjense que durante su extensa intervención no dedicó una sola palabra a decir si atenderá o no las necesidades de la empobrecida comunidad que pastorea el padre Benito, que al exponerlas de esa manera, y en ese escenario, perdió el derecho a contar con la generosidad del Presidente de la República para satisfacerlas.