POR PEDRO GERMOSEN
Tres senadores  del  Partido de la Liberación Dominicana (PLD) dijeron ayer que existe una persecución innecesaria contra los miembros del Congreso  por el manejo del fondo social o “cofrecito”, pese a que según afirmaron,  esos recursos se invierten con absoluta transparencia.

  Francis Vargas, vocero de la bancada del PLD, así como sus compañeros Rubén Darío Cruz Ubiera y Juan Orlando Mercedes, externaron criterios diferentes sobre la posibilidad de debatir el tema en una sesión de vistas públicas.

Vargas, de Puerto Plata, dijo que  no sería necesario  debatir públicamente el tema.

Cruz Ubiera, de Hato Mayor, se mostró  dispuesto a discutir sobre el “cofrecito” en cualquier instancia.

Por su lado, Mercedes, de Independencia, dijo que con la propuesta de llevar el tema a vistas públicas se procura desacreditar a los legisladores, los cuales, sostuvo, no son delincuentes porque actúan honestamente y en vitrina de cristal.

Entrevistado separadamente, Vargas dijo que ni objeta ni favorece debatir públicamente sobre el fondo social que administran los congresistas, que oscila entre los RD$400,000 y los RD$900,000 mensuales.

Dijo que todo el que quiera conocer el manejo de esos recursos sólo tiene que ir al Senado o consultar vía Internet, porque “no hay nada qué esconder.”

Significó que no se opone a la sesión de vistas públicas por temor a nada, sino porque los recursos son manejados pulcramente y, de hecho, expresó, varios medios de prensa han publicado todo lo relativo a ese asunto.

 Manifestó que cada emisión de recursos está respaldada por una factura y precisó que se trata de recursos internos del Senado, sobre los cuales  cada senador debe rendir cuenta mensualmente para que le puedan librar los fondos del mes siguiente.

“Es algo diáfano y absolutamente transparente. Nadie se atreve a embolsillarse un solo centavo”, dijo el legislador.

 Expresó que  esos recursos son necesarios para asistir a los necesitados porque “la gente  no entiende que uno no lo pueda ayudar cuando se le presenta un problema.”

 Por su lado, Cruz Ubiera dijo que  está en disposición de debatir sobre el fondo social de los congresistas en   cualquier  escenario.

Dijo que en el pasado había  senadores que administraban hasta siete ONGs y, paradójicamente, ahora, cuando se crea un fondo social para transparentar esas operaciones, es cuando se desatan los ataques contra esa ayuda a la población necesitada.

 Subrayó que otrora senadores o diputados hasta con siete ONGs usaban esos fondos de manera discrecional y, para colmo, no tenían  que rendir cuentas a nadie.

El representante de Hato Mayor señaló que además de las ONGs, en el Senado también existía un fondo social y a los  legisladores miembros del partido gobernante, que también dominaba el hemiciclo, les entregaban  más recursos que a los de la oposición

Se quejó de que ahora, cuando todo opera  con absoluta pulcritud, surgen las dudas y las recriminaciones por el manejo de esos fondos dirigidos a solucionar problemas de los necesitados.

    Cruz Ubiera  resaltó que la diafanidad es tal que el monto de los recursos asignados a cada senador guarda estricta relación con el número de pobladores de su provincia.

“Eso es señal de transparencia y respeto a la institucionalidad”, significó el congresista, por lo que,  subrayó, está dispuesto a discutir el tema en cualquier parte.

  Manifestó que en apenas un año que lleva en el Senado, donó un minibús que transporta diariamente más de 50   estudiantes a sus centros docentes, así como una ambulancia, apadrina seis escuelas y asiste con ayudas económicas a más de 200 personas, entre ancianos y madres solteras.

  Al ser consultado, el senador Mercedes se opuso a debatir el tema públicamente, porque, según sostuvo,  todo el interesado puede ir al Senado y conocer  el manejo pulcro de esos recursos.

Consideró que quienes proponen debates públicos sólo procuran desprestigiar a senadores y diputados honorables y responsables, que no son, insistió, delincuentes.

 Dijo que no entiende la algarabía en torno al denominado “cofrecito” o “barrilito”, por cuanto todo el que quiere puede entrar al Senado o la Cámara de Diputados  y  averiguarlo todo.