Santa Bárbara de Samaná. Después de una ausencia de cerca de 30 años, la exestrella del baloncesto dominicano Miguel –Pepe- Rozón está de regreso al deporte a través del cual dio momentos gloriosos a la República Dominicana.

En esta ocasión, sin embargo, su regreso no es en calidad de jugador- ya esa etapa es cosa del pasado- sino en rol de entrenador y orientador.

“En los últimos 30 años he estado desconectado casi por completo del baloncesto, con la excepción del 2012, que estuve asistiendo al club San Lázaro y algunos regresos momentáneos, para asuntos muy específicos, como fue mi exaltación al pabellón de la fama”, dijo.

Rozón también estuvo invitado a un partido de celebridades el año pasado por el 50 aniversario del club San Lázaro, con el cual jugó durante toda su carrera. “Pero en general y mentalmente he estado fuera del baloncesto por los últimos 30 años’, dijo.

En la actualidad, Rozón reside en Santa Bárbara de Samaná, la capital de la provincia Samaná, donde desde hace tres meses imparte clínicas de baloncesto, para lo cual fue nombrado por el Ayuntamiento local.

“He descubierto que Samaná cuenta con un buen material en baloncesto, no son muchachos de estaturas altas, pero tienen muchas habilidades y, sobre todo, un gran entusiasmo”, expuso. Dice que su trabajo está enfocado en enseñarle los fundamentos del baloncesto y orientarlos sobre los peligros a que se enfrentan en la sociedad. Considera que en Samaná hacen falta canchas para categorías menores y útiles.

No espera nada en el Mundial. Rozón, quien fue uno de los estelares del único equipo dominicano que ha participado en el Mundial, afirma que no espera nada de la República Dominicana en la próxima edición del evento, a celebrarse este año en España.

“¿Qué se puede esperar?, se preguntó y de inmediato dio la respuesta, “nada”.

Sostiene que hay mucha improvisación en la conformación del equipo. “El equipo se ha ido conformando en base a un ven tú y se debe recordar que el baloncesto es un deporte de conjunto, que requiere de mucho tiempo de entrenamiento para cohesionarse y no de tres meses como se ha estado haciendo”.

Recordó que cuando asistieron al Mundial del 1978 en Filipinas, el equipo dominicano entrenó durante de seis o siete años preparando.