En República Dominicana existen 375 mil personas con discapacidad, de los que el 10% son menores de entre 0 a 10 años, y el gran reto que tiene el país es crear centros de enseñanza para su educación y destinar recursos económicos para la asistencia de está población.
Empero, el director general de los Centros de Atención Especial para la Discapacidad (CAID) y director del CAID de la avenida Luperón, doctor Moisés Taveras, expresó que alrededor de 56 mil personas son niños con discapacidad y que la adolescencia está pendiente de ser investigada. Afirma que lo que se tiene es un subregistro de está población e informa que 30 escuelas que entregó el Ministerio de Educación están entre las primeras con aulas especializadas para las personas que viven con esta condición. Admite que al sistema escolar del país hay que hacerle enormes cambios, ya que no está adecuado para recibir niños con discapacidad, aunque le consta que las autoridades están en la mejor disposición de enfrentar eso. “Faltan tantas escuelas especiales como niños con discapacidad existan”.
Taveras exhorta a la familia a no excluir a las personas con discapacidad.
Para que se tenga una idea de la carencia de centros especializados para discapacitados, los centros CAID acogen a más de dos mil niños menores de 10 años. El psiquiatra Taveras recordó que el capítulo de discapacidad de la Organización de las Naciones Unidas establece que el 15% de la población de los países desarrollados tiene algún grado de discapacidad, niños, adolescentes, adultos o envejecientes. Estima que entre los países de la región la cifra es mayor. Citó la última Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR) del año 2013, que plantea que 7.8% de la población dominicana tiene algún tipo de discapacidad. “Eso es un subregistro.
Analiza la pirámide poblacional que indica que en el país hay más niños, adolescentes y adultos jóvenes, por lo que son más con discapacidad que los adultos y mayores.
Más frecuentes Las discapacidades presentes en el país son propias de otros, pero Taveras afirma que un gran grupo es genética, aunque puede tener modificación precoz. La segunda causa es por la desnutrición, malas prácticas profesionales (médicas), por la pobreza o desconocimiento de la madre embarazada que no se cuida y deja caer al niño y posteriormente llegan los traumatismos. En los adultos en edad de producción asegura que se manifiesta una discapacidad por los accidentes de tránsito y laboral. Otras discapacidades se reconocen por violencia, incluso, la de género, cuando a la persona le amputan órganos. Pero resalta que el autismo es la discapacidad que lleva la delantera en menores de edad. “Tenemos una discapacidad histórica, intelectual, en gran medida por la desnutrición, mal cuidado del embarazo y factores genéticos”. Y a nivel académico viene la sobre edad, ya que van a escuela tarde y viene la deserción, pese a que existen leyes que obligan a los padres a llevar a sus hijos a la escuela.
Faltan estadísticas de la discapacidad. El doctor Taveras considera que es fundamental hacer las estadísticas de las personas que tienen discapacidad, y más para un país pobre que tiene que saber dónde están las necesidades, para saber a dónde dirigir los muchos o pocos recursos con que se trabaja.
A su juicio, “esa es la gran tarea que tiene el Estado y la Oficina Nacional de Estadística (ONE) y todos los organismos que tienen que ver con el levantamiento de estas informaciones, para conocer las personas con discapacidad, el tipo que tienen y la gravedad de la discapacidad”.
El médico defiende el conteo que realizan entidades del Estado como la ONE y el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), que hacen un inventario con las familias que entran al sistema de pobreza para ser ayudados por el Estado.
RD busca ser el primero. Taveras reveló que República Dominicana diligencia para que la organización internacional “Autism Speaks” haga un mapeo de la discapacidad a nivel nacional. La entidad estadounidense desea identificar el tema de la discapacidad generada por el trastorno del espectro del autismo en diferentes partes del mundo, “para darle a los gobiernos esos instrumentos para que se investigue por qué esa situación está pasando y cómo esos recursos deben ser distribuidos”.