Luis Abinader, presidente de los dominicanos, anunció de forma visionaria un plan de inversión pública 2021-2025 para Santiago de 42 mil millones de pesos.
Está certero en una estrategia de impacto a cinco años. Todavía más, si la inversión se extiende en la misma proporción en los 10 años contemplados de la década 2020 al 2030, serían 84 mil millones de pesos. Es un 9% superior a lo calculado por nosotros en el plan estratégico Santiago 2030, que estimamos 77 mil millones.
Él hizo correctamente su tarea de estadista, enfocándose en Santiago, la ciudad y la provincia que más aceleradamente paga sus obligaciones con la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).
La que mayor volumen retribuye a los servicios de energía; el territorio que mejor contribuye con el pago del agua potable a la corporación gestora de este servicio y más retribuye a su ayuntamiento el eficiente servicio de recolección y disposición de la basura.
Si el presidente hubiera sumado a la inversión anunciada en Expocibao, el gasto en ampliación y modernización del Puerto de Manzanillo y obras viales y portuarias conexas, habría que sumarle 10 mil millones de pesos más. Son proyectos regionales que están calculados y estimados en el plan estratégico Santiago 2030.
Luego de apartadas estas sumas para la inversión pública en el Cibao; habría que valorar la capacidad de ejecución que tienen los diversos ministerios, para concretar estas acciones.
Roberto Capote Mir, profesor de planificación del Centro de Investigaciones y Estudios (CIES), siempre decía, “luego del plan de inversión, viene la capacidad ejecutoria y más tarde el control ciudadano de las acciones”.
Del discurso presidencial en Santiago, destacan las obras viales de acceso a la ciudad, elevadoras de la eficiencia, la protección y remozamiento del centro histórico para estimular más de 20 mil millones que circulan en este territorio; la conexión vial de la avenida circunvalación norte con el nuevo Distrito Municipal Santiago Oeste y del parque de zona franca “Víctor Espaillat Mera”.
Los buenos gastos en el saneamiento del Yaque del norte son fundamentales también, para mejorar la calidad y cantidad de todo lo que se cultiva en las fértiles tierras de la línea noroeste. Dado que el río llega limpio a Santiago y sale con más de 250% de contaminación de azufre, nitrógenos, sulfuros y peligrosas bacterias escherichai coli, generadoras de decenas de enfermedades.
Con esta inversión pública dinamizaremos la movilidad social, lograremos una ciudad más sostenible, que asegura alcanzar las 60 mil empresas aspiradas y el más de medio millón de empleos formales. Estaremos preparados para contribuir más al gobierno y replicar en provincias, la metodología de planificación estratégica que nos caracteriza.