45 años del asesinato de Gregorio García Castro

45 años del asesinato de Gregorio García Castro

El 28 de marzo en curso se cumplen 45 años del asesinato aleve del brillante periodista Gregorio García Castro (Goyito), mártir de la libertad de prensa y fiel defensor de los intereses del ciudadano ordinario. Su muerte trágica ocurrió a eso de las 9:30 de la noche en la calzada Norte de la calle Mercedes casi esquina José Reyes. Tatica, empleada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), que vivía al frente donde sucedió el hecho, avistó a los asesinos puesto que estaba sentada en la acera. Ella llamó la atención del público lanzando fuertes improperios contra los autores del crimen. Semanas después Tatica, por presiones recibidas, debió fijar residencia en la ciudad de Nueva York.
Goyito salió de sus oficinas en la redacción del periódico Última Hora, en la segunda planta de la calle 19 de Marzo esquina Salomé Ureña, frente al Listín Diario, atendiendo una llamada anónima que la formularon al teléfono del periódico. En su escritorio dejó las llaves de su destartalado carro, un bolígrafo enchapado en oro y le dijo al cabo Peña, de servicio en el Listín: “échamele el ojo a la puerta que la dejé abierta… regreso de inmediato”, relató el periodista Juan Bolívar Díaz, en un programa de televisión que produce el senador Adriano Sánchez Roa. El director del programa Uno/Uno, que era compañero de trabajo de García Castro, recordó que días antes del asesinato del jefe de redacción del vespertino le narró un sospechoso caso ocurrido en la casa de su madre, doña Juanita, cuando una desconocida muchacha, que se identificó amiga de la casa, se presentó con la supuesta encomienda de “informarle a Juanita que en la galería le dejaron un paquete que habían enviado”, a lo que Goyito comentó: “Te salvaste en un pelo… te espiaban para darte un tiro”.
Además de la jefatura de redacción de Ultima Hora, escribía la leída columna “En un Tris”, una de las de mayor aceptación en el ámbito informativo y en la televisión producía el programa “Hoy-TV”. Asimismo, dirigía el departamento de Prensa de la Secretaría de Agricultura, cuyo asistente era el autor de esta nota y servía de soporte periodístico al Colegio Dominicano de Ingenios (Codia), cuando las oficinas de la entidad estaban en el edificio Baquero, en la calle El Conde. Goyito fue un verdadero “paño de lágrimas” de decenas de perseguidos y muchos necesitados. Cantidades de artículos escribió defendiendo a militantes políticos de todas las ideologías que se encontraban perseguido o viviendo en la clandestinidad. Pero defendió también al funcionario eficiente y honesto, criticó las condiciones de vida en los barrios marginados y resaltaba la importancia del campo como fuente generadora de empleos.
Decenas de personas afectadas por la violencia política imperante en el momento de su vil asesinato encontraron en Goyito la mano amiga y solidaria que no solo publicaba artículos y comentarios sobre su suerte, sino que les brindaba ayuda económica y apoyo moral. En más de una ocasión me encargó acudir a la cafetería de Marcos y Digna, en El Conde con 19 de Marzo, frente a la Joyería La Veneciana, con sus instrucciones de servir almuerzos a personas amigas y necesitadas que le visitaban en la redacción del periódico vespertino. Él siempre se sintió orgulloso de su trabajo periodístico y el ejercicio de su profesión era actividad de servicio en el lugar que se le necesitara. De ahí que muchas veces se le viera socorriendo a familias de militares y ex militares detenidos en relación con el abortado complot de Wessin contra Balaguer, sin conocerlos y sin tener ningún vínculo con ellos, así como a las viudas y familiares de dirigentes de izquierda perseguidos o asesinados por las llamadas fuerzas “incontrolables”.
Gregorio García Castro, nació en Pontón, La Vega, en 1935 y en noviembre de este año cumpliría 81 años. Tenía 37 años cuando fue asesinado. Múltiples perfiles adornan su trayectoria profesional desde sus inicios en el diario La Información, de Santiago, en 1952. Investigaciones, crónicas y reportajes sobre el asalto a la sucursal de Bank of Canadá, en 1954, fueron suficientes para que se hiciera acreedor de un puesto en el diario El Caribe, donde laboró hasta 1958.
En la postrimería del régimen de Trujillo, a la edad de 24 años, fue escogido diputado por la provincia Bahoruco, junto a los jóvenes abogados Manuel Jiménez Rodríguez (Manolín), Marino Vinicio Castillo, Luis Dhimes Pablo y Porfirio Dantes Castillo, por el Distrito Nacional. Senador por Comendador (Elías Piña) fue nombrado Euclides Gutiérrez Félix.
Los noveles legisladores hicieron del Congreso una tribuna de discusión y legislación como si en ese momento existiera una democracia real; fueron acusados de izquierdistas, socialistas, admiradores de Fidel Castro. Sometieron novedosos proyectos para que los dominicanos libremente pudieran hacerse expedir pasaportes, rebajas en los impuestos al arroz de producción nacional y se opusieron a la expulsión de los obispos Tomas F. Reilly, de San Juan de la Maguana y Francisco Panal, de La Vega. Mis saludos afectuosos a los hijos del inolvidable amigo ido a destiempo: Enrique, Jhonny, Taina y Dominicana!

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