París, (EFE).- La UNESCO alerta de que el 50 por ciento de los niños gitanos que viven en Europa no llegan a completar la enseñanza primaria y que, de todas comunidades europeas, la gitana es la que tiene mayor riesgo de ser pobre.
Son datos que se recogen en el Informe regional de atención y educación de la primera infancia en Europa y Norteamérica de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Negar este derecho (la educación) nos hace muchos más pobres. Crea exclusión, crea también una desigualdad inaceptable y cultiva las tensiones sociales, afirma en una nota difundida hoy la directora general de la UNESCO, Irina Bokova.
Los gitanos son los que tienen mayores riesgos de ser pobres y permanecer al margen de la educación y el empleo, señala el informe, que se debatirá en la I Conferencia Mundial sobre atención y educación de la primera infancia en Moscú del 27 al 29 de septiembre.
El texto cita encuestas de opinión realizadas a nivel europeo y nacional que muestran que muchos ciudadanos europeos tienen opiniones negativas sobre este grupo y que éstas se basan a menudo en estereotipos y prejuicios que datan de hace varios siglos.
Para hacer frente al desafío de la exclusión y las continuas penurias en las que viven los gitanos, los gobiernos deben aplicar políticas fiscales, sociales y laborales fuertes destinadas a mejorar su calidad de vida, incide la UNESCO.
A partir de cinco capítulos que versan sobre el contexto social de los niños, su acceso a la educación y la democracia y la diversidad, el estudio concluye que el mejor modelo a seguir es el sistema de los países nórdicos, que tienen una fuerte justicia social».
La UNESCO y el Consejo de Europa están finalizando una serie de directivas destinadas a los responsables políticos para garantizar a los niños gitanos el derecho a la educación básica.
Se espera que estas nuevas normas, tituladas Incluir a los niños gitanos y nómadas en los servicios de educación preprimaria, contribuyan de manera significativa a hacer realidad el derecho de esos menores y a garantizar que su transición hacia la escuela primaria no sea traumática. EFE