50 infantes de marina EU llegan a Puerto Príncipe; simpatizantes de Aristide levantan barricadas

50 infantes de marina EU llegan a Puerto Príncipe; simpatizantes de Aristide levantan barricadas

PUERTO PRINCIPE (AP).- Simpatizantes del gobierno levantaron barricadas ayer lunes con objeto de bloquear el acceso a Puerto Príncipe, mientras que 50 miembros de la infantería de Marina estadounidense llegaron a esta ciudad ante la posibilidad de un ataque rebelde.

Los ministros del gabinete del presidente Jean Bertrand Aristide buscaban refugio entre sus amistades, dijeron fuentes del gobierno, mientras que los rebeldes alentados por la captura de la segunda ciudad de Haití atacaron dos estaciones de policía en las afueras de la capital.

Armados con fusiles, 20 infantes de marina con uniformes de campaña y cascos descendieron apresuradamente de un avión de la fuerza aérea estadounidense en el aeropuerto internacional Toussaint Louverture y se apostaron alrededor del perímetro de la aeronave antes que los otros marines terminaran de descender.

Por el norte en Cabo Haitiano, los rebeldes comenzaron a detener a personas identificadas como simpatizantes del presidente Aristide y los habitantes desataron una ola de represalias y saqueos que comenzó después que el domingo los rebeldes capturaron la ciudad de 500.000 habitantes al encontrar poca resistencia.

El líder rebelde Guy Philippe dijo que sus hombres no harían nada para detener los saqueos, y responsabilizó al gobierno de Aristide por dejar a los ocho millones de habitantes de Haití agobiados por el hambre y la desesperación.

La turba se llevó 800 toneladas de alimentos de los almacenes del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, según informó Andrea Bagnoli de la agencia, e incendió la mansión colonial del alcalde Wilmar Innocent, simpatizante de Aristide,

El primer ministro Yvon Neptune pidió a la comunidad internacional salvar a Haití de «terroristas que están sembrando la violencia y la muerte», pero no pidió directamente el envío de una fuerza de paz.

Entre tanto, simpatizantes de Aristide se armaron y erigieron barricadas a las que prendieron fuego para enfrentar a los insurgentes en caso de que avancen a la capital.

El domingo fueron atacadas dos jefaturas policiales en los suburbios de la capital, dijo la radio independiente Kiskeya, y partidarios de Aristide comenzaron a erigir barricadas para proteger a la ciudad de los insurgentes.

Centenares de simpatizantes de Aristide armados de rifles, pistolas y revólveres erigieron más de una docena de barricadas en un camino que conduce al norte de Haití, a poca distancia en automóvil del aeropuerto internacional.

El nerviosismo era evidente en los manifestantes que golpearon un automóvil con las culatas de sus rifles y blandieron armas cortas para obligar al conductor a detenerse.

«Sí, tal vez vengan, pero no pasarán», dijo un maestro que custodiaba una barricada y que dijo llamarse Rincher. «Estamos dispuestos a resistir, con todo lo que tengamos, con piedras o con machetes», añadió.

Una bomba de fabricación casera estalló durante la noche del domingo en la plaza Champs de Mars, situada frente al palacio presidencial en Puerto Príncipe, mientras se celebraba el carnaval. Un adolescente murió y dos personas resultaron heridas en la explosión, dijeron emisoras de radio.

En Cabo Haitiano, donde los rebeldes celebraron la mayor victoria de su alzamiento sangriento, continuaban el lunes los saqueos mientras rebeldes detenían a presuntos simpatizantes del presidente.

«Soy un albañil, no hice nada malo», suplicaba Jean-Bernaard Prevalis, de 33 años, mientras era arrastrado por insurgentes con la cabeza ensangrentada. Residentes lo acusaron de ser un partidario de Aristide y un narcotraficante.

«Vamos a limpiar la ciudad de todos los ‘chimere»’, dijo el rebelde Dieusauver Magustin, de 26 años. «Chimere» en idioma creole significa «fantasma» y es la palabra que se usa para describir a los militantes progubernamentales.

Se ignora qué ocurrirá con los detenidos. Un rebelde dijo que se los había capturado para que no los lincharan. Pero otro, Claudy Philippe, dijo, «La gente nos señala las viviendas» de los activistas. «Si están allí, los ejecutamos».

Miles de personas continuaban en las calles los saqueos que comenzaron el domingo, cuando el dirigente rebelde Guy Philippe pronosticó una rápida victoria sobre los partidarios de Aristide.

«Creo que en menos de 15 días controlaremos todo Haití», dijo Philippe en Cabo Haitiano, una ciudad de 500.000 personas en la costa norte del país. La victoria del domingo significa que más de la mitad de Haití está ahora en control de los insurgentes.

Millares de personas realizaron el lunes una manifestación en favor de la rebelión, gritando, «­Aristide, vete!» y «Adiós Aristide».

Saqueadores se robaron 800 toneladas de comida de un almacén del Programa de Alimentos Mundiales de las Naciones Unidas, según Andrea Bagnoli, encargada de la agencia. Algunas personas incendiaron la vivienda del alcalde de Cabo Haitiano, Wilmar Innocent, partidario del gobierno.

El líder rebelde Philippe dijo que nada podía hacerse para frenar los saqueos, y que el gobierno era responsable por dejar a la mayoría de los ocho millones de habitantes de Haití hambrientos y desesperados.

Los rebeldes cortaron el lunes el servicio de teléfonos celulares en Cabo Haitiano, diciendo que no deseaban comunicación alguna con Puerto Príncipe.

Fuentes cercanas al gobierno dijeron que varios ministros en la capital estaban pidiendo a amigos que los ocultaran en caso de que esta ciudad sea atacada.

Francia solicitó el lunes a sus ciudadanos que abandonen Haití. Estados Unidos formuló la misma solicitud a sus ciudadanos el jueves y México lo hizo el sábado.

Hay unos 30.000 extranjeros en Haití, entre ellos 20.000 estadounidenses, 2.000 franceses y 1.000 canadienses.

La captura de Cabo Haitiano por apenas unos 200 combatientes fue la victoria más significativa desde que comenzó la insurrección el 5 de febrero. Por lo menos 15 personas murieron en la lucha del domingo.

[b]CONDENA REBELDES[/b]

PUERTO PRINCIPE, (AFP).- El primer ministro haitiano, Yvon Neptune, condenó ayer lunes a los «terroristas» que asaltaron el domingo Cabo Haitiano (norte) y operan en otras ciudades del país.

Cabo Haitiano, segunda ciudad del país, cayó el domingo en manos de insurgentes que quieren derrocar al presidente Jean Bertrand Aristide y controlan cerca de la mitad del territorio.

Neptune condenó asimismo las destrucciones ocasionadas por los «terroristas» en los edificios públicos, así como los bloqueos del aprovisionamiento de alimentos, agua y electricidad.

El primer ministro también aseguró que se estaban enviando refuerzos hacia la región de Cabo Haitiano y que una misión de la Policía «determinaría qué estrategia se seguirá».

El ataque a Cabo Haitiano provocó cerca de diez muertos entre la población civil y «muchas pérdidas entre los asaltantes», había señalado antes el secretario de Estado haitiano de Comunicaciones, Mario Dupuy, sin precisar el número.

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