53 años después

53 años después

Y en un abrir y cerrar de ojos, abril. Con sus días y recuerdos. Abril, con atardeceres que encandilan y flores repartiendo colores en cada esquina. Ramas pobladas de amarillo, rojo, morado, esos tonos sin paleta, difíciles de reproducir en los lienzos. Abril con sus muertos, la epopeya urbana entre las murallas de una ciudad sitiada por la sorpresa y el coraje. Diez cuadras y la escritura de la victoria, el mundo ideal. La utopía tras la trinchera. Abril como símbolo y referente. Principio y fin, hazaña que atrapa. Todavía en el 1965, un día como hoy, 23, nadie, ninguno, podía imaginar ni tener la perspectiva de todo lo que ocurriría después de la rebelión de los militares constitucionalistas. Nadie podía pensar que los descendientes de guardias represivos, reproductores y cultores del modelo autoritario, se casarían con la gloria. Tampoco imaginar que la voz de José Francisco Peña Gómez concitaría el respaldo del pueblo a la rebelión. A través de Tribuna Democrática, programa de radio del PRD, anunció la prisión del Jefe de Estado Mayor, General Rivera Cuesta y la sublevación. La multitud ocupó las calles capitaleñas. La decisión de la ciudadanía, armada con la Constitución, dislocó los mandos. Comenzó el enfrentamiento. La lucha era desigual, sin embargo, la sangre no ahogó la voluntad popular.
En el Apéndice 1 del libro de José A. Moreno “El Pueblo en Armas” -Colección 50 Aniversario de la Gesta Patriótica AGN- la cronología de los hechos comienza el 30 de mayo de 1961. La reacción colectiva al atentado se manifestó en las urnas, el 20 de diciembre del 1962. El intento democrático fue frustrado el 25 de septiembre- 1963-. La mayoría que respaldó a Don Juan fue desconocida. Ignorada. El 59% de 1,054, 944 de votos válidos, despreciado por quienes presumían tener razón, aunque carecieran de respaldo e ignoraran la decisión electoral. Unidos por la intolerancia y la codicia, prefirieron la anarquía. Nostálgicos de la era, falsos demócratas, lograron una amalgama destructora. Diseñaron en las sombras el plan. Primero los disturbios para anhelar pacificación. Huelgas, mítines de reafirmación cristiana, encono ideológico, difamación y el aval de EUA. Luego, un acta notarial sustituiría los votos. El Triunvirato no fue panacea sino desafío. El germen de la destrucción estaba adentro. La génesis de abril está en el golpe de septiembre. Siempre provocará extrañeza la reacción, dos años después, de un pueblo ajeno a la gramática y praxis democráticas. Los desaciertos y tropelías del gobierno de facto, motivaron el cuartel forjado en la tiranía. Un grupo propugnaba por el retorno de Juan Bosch y la vigencia de la Constitución del 1963, otro, pretendía el derrocamiento de Reid Cabral y el retorno de Balaguer. El gobierno pretendió contrarrestar los designios militares con la designación del Coronel Fernández Domínguez, como representante diplomático en España. Su ausencia no detuvo la ejecución del proyecto. La delación precipitó la acción. Los Campamentos 27 de febrero y 16 de agosto se sublevaron el 24 de abril. 53 años después, esta semana, repetirán las glosas, los testimonios, los dimes y diretes. También habrá profusión de reclamos tardíos, nuevos textos, documentos inéditos. Las pendencias redivivas entre aquellos, los de entonces, que cada día dejan de ser los mismos. Variaciones sobre un mismo tema. Sin tener que especular ni mentir, sin acudir a la desmesura para bruñir altares, los hechos son contundentes. Y como cada año, la paráfrasis. Reescribir. Porque en abril del 1965 está el inusitado despertar que se multiplicó en poesías y pervive en versos con fuerza de embate y tamaño de portaviones. Abril con la “Tipología de los Participantes” que describe Moreno: idealista, acomplejado social, rebelde profesional, el aprovechado y el hijo de machepa (capítulo 9 op. cit.) Abril de invasión y resistencia, canciones y solidaridad. Ese del asombro que aún pregunta, cómo, tantos muchachos entendieron la dimensión de la patria. ¿Cómo el fusil fue bandera y el sacrificio himno? ¿Cómo, si el terror apenas agonizaba y comenzaba el gorjeo de la democracia?

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