Como un homenaje al valor demostrado por el pueblo dominicano la Pontificia y Real Universidad Autónoma de Santo Domingo se empeña en mantener viva la memoria histórica del país, a través de la celebración de actos recordatorios de trascendencia histórica. Uno de los tributados por la Academia le ha correspondido a la Revolución de Abril de 1965, episodio éste de especial significación para la nación dominicana por su lucha por la vuelta a la constitucionalidad y por haber tenido que enfrentar para lograrlo al ejército de tierra, mar y aire más poderoso del planeta, el de los Estados Unidos de América.
A la 1:30 de la tarde del sábado 24 de abril de 1965, la voz del doctor José Francisco Peña Gómez tronaba en el programa radial del Partido Revolucionario Dominicano, Tribuna Democrática, que se transmitía en una radioemisora local, dando a conocer la noticia de que en el Campamento 16 de Agosto, sede de la Cuarta Brigada del Ejército Nacional, se había iniciado una revuelta militar para deponer el gobierno de facto del Triunvirato que encabezaba el doctor Donald Reid Cabral. A las 2 de la tarde de ese mismo día, oficiales del bando sublevado irrumpieron en la Radio Televisora oficial para trasmitir un comunicado en el que daban a conocer sus propósitos de reinstalar en el poder al presidente Juan Bosch, derrocado dos años antes por un golpe militar, y de poner en vigencia la Constitución de 1963. Dos horas después, otro recinto del Ejército Nacional, el Campamento 27 de Febrero, se unía a los sublevados.
Alrededor de la 5 de la tarde del 24 de abril, en los alrededores de la Televisora oficial, tuvieron lugar los primeros combates entre tropas sublevadas y efectivos policiales leales al gobierno de facto, registrándose muchas bajas entre estos últimos. La irrupción de tropas de infantería del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA) apoyadas por unidades blindadas comandadas por el coronel José de Jesús Morillo López impidieron que las tropas rebeldes terminaran de aniquilar a las fuerzas del orden. Ante la superioridad de las reforzadas tropas leales al gobierno de facto, los sublevados optaron por retirarse.
Al caer la tarde del 24 de abril, la alegría de los primeros momentos se había tornado en incertidumbre. A las 7 de la noche de ese mismo día, Reid Cabral anunció por una cadena de radio y televisión que el país se encontraba en calma y que las Fuerzas Armadas seguían leales a su gobierno. Dijo: “Dos campamentos militares se han declarado en rebeldía contra el gobierno que tengo la honra de presidir. En interés de evitar innecesarios derramamientos de sangre intimo a esos señores a deponer su actitud antes de las 5 horas de la mañana”. A las 11 de la noche, el triunviro volvió a dirigirse al país, esa vez para informarle que “tropas de los distintos cuerpos de las Fuerzas Armadas tenían rodeados los Campamentos 16 de Agosto y 27 de Febrero, por lo que invitaba a los moradores civiles de esos lugares a abandonarlos.
Domingo 25 de abril: Caída del Triunvirato. Al amanecer del día 25 de abril, los militares rebeldes accionaron de nuevo. Tropas sublevadas asaltaron la Intendencia del Ejército Nacional, al tiempo en que otras unidades de uniformados insurrectos ocupaban las principales arterias de la ciudad de Santo Domingo. Alrededor de las 10 de la mañana del 25 de abril, tropas de infantería comandadas por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó penetraron al Palacio Nacional, en momentos en que los derrotados triunviros abandonan la sede del gobierno. A las dos de la tarde del 25 de abril de 1965, el doctor José Rafael Molina Ureña, en su condición de presidente de la restituida Cámara de Diputados, tomó posesión como Presidente Provisional de la República, en tanto regresara al país el presidente Juan Bosch. Todo debió terminar ahí. Pero, los generales y coroneles de la Base Aérea de San Isidro estaban en total desacuerdo con el anunciado retorno de Juan Bosch al poder. Proponían en cambio la formación de una junta que llamaría a elecciones a término de 6 meses. Afirmaron que si antes de las 5 de la tarde de ese mismo día, los militares y políticos no renunciaban a la idea de reponer al presidente Bosch procederían a bombardear el Palacio Nacional. Vencido ese plazo, aviones vampiros y de caza P 51 comenzaron a descargar sus metrallas y arrojar sus bombas.
Estamos en plena transición, en el umbral del siglo 21.
¿Cuáles son en estos momentos, los grandes retos mundiales?
La seguridad se haya amenazada por la violencia y por la degradación del medio ambiente.
El mundo en que vivimos transita por un sinnúmero de nuevos conocimientos que se amplían y perfeccionan sin cesar, alimentados por la carrera veloz de la investigación y la informática. Y a decir de los científicos y de los políticos expertos “nunca antes habíamos sido tan interdependientes, tan interrelacionados, ni estuvimos tan preocupados con la gestión del futuro”
Los nacionales dominicanos en particular nos hayamos frente a grandes dificultades. Cerca de la mitad de nuestra población de adultos no sabe ni leer ni escribir. Y la mayoría de los dominicanos viven en condición de pobreza, y muchos de ellos de pobreza crítica.
¡Que Dios y la Virgen de la Altagracia nos amparen!