El sacerdote Rogelio Cruz informó ayer que 59 familias cuyas casas fueron destruidas por las tormentas Olga y Noel, permanecen en el proyecto Aglipo en calidad de refugiadas. El Invi dijo a este diario ayer que busca los terrenos en áreas no vulnerables para construirles sus viviendas. Aglipo está en la carretera Villa Riva-Arenoso del Bajo Yuna.
FIOR GIL
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El padre Rogelio Cruz dijo ayer que unas 59 familias cuyas casas fueron destruidas por las tormentas Noel y Olga permanecen aun refugiadas en el proyecto Aglipo ubicado en la carretera Villa Rivas- Arenoso del Bajo Yuna.
En tanto, que el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) informó que trabaja en la ubicación de los terrenos adecuados para construir las viviendas que requiere a fin de trasladar esas familias, que serían las últimas que quedan por ubicar tras el paso el año pasado de las las tormentas.
La institución señala que uno de los principales problemas que confronta es conseguir terrenos para construcción viviendas a las personas que vivían en zonas de alto riesgo, según se explicó.
El padre Rogelio refirió que el gobierno ha prometido construir apartamento para esas familias pero ni siquiera se ha comenzado dicho proyecto y esas personas están en las oficinas del proyecto agrícola Aglipo en la provincia Duarte.
Explicó que muchas de esas personas salen a trabajar en la mañana y otras se quedan el día completo sin hacer nada.
La problemática es que hay donde ubicarlas, porque tampoco hay donde alquilar viviendas, señaló.
Explicó que tras el paso de las tormentas Noel y Olga, el año pasado, las brigadas de la Defensa Civil llevaron alrededor de 200 familias de las cuales quedan en el refugio 59 porque las demás regresaron a sus casas o a se han ubicado en viviendas de familiares.
Para esas familias la situación es muy difícil porque todavía la zona donde residían está inundada, de acuerdo con las explicaciones del padre Rogelio.
El religioso desarrolla un proyecto de solidaridad en el Bajo Yuna que consiste en ofrecer asistencia a las 3,000 familias más pobres de la zona que fueron afectadas, se trata de un plan para dejar organizado esta parte del país que abarca 48 comunidades que se han dividido en núcleos comunitarios.
Las familias son apoyadas con bonos de 6,000 pesos la cual debe buscar dos familias más una con parentesco y por lo tanto cada una recibe RD$2,000 con eso la inducimos a la solidaridad. De tal manera que cuando en una comunidad apoyamos diez familias hemos formado un núcleo comunitario de 30 familias, dijo Rogelio.
El segundo paso del proyecto es la revitalización economía de la zona, debido a que tras el paso de las tormentas no quedó nada en ese lugar.
Los bonos son cambiados en esos lugares.
Mediante este programa se inyectan mensualmente seis millones de pesos al Bajo Yuna, que provienen de la Fundación Freddy Beras Goico, a través de su programa, de UNICEF, del Secretariado Técnico de la Presidencia, de la Fundación Sur Profundo y otras instituciones.
El padre Rogelio agradeció el gesto de las instituciones que colaboran con el proyecto.
Antecedentes
Damnificados
La directora del INVI, Alma Fernández, informó recientemente que el presidente Leonel Fernández dispuso la construcción de 2,316 viviendas para alojar a familias que perdieron sus casas tras el paso por el país de las tormentas Noel y Olga. Entre las viviendas en proceso de terminación están en San Cristóbal, 438; en Villa Altagracia, 338; en Monseñor Nouel, 328 y en Piedra Blanca, 64.