Transitar por la autopista Juan Pablo Duarte, camino hacia alguna provincia de la parte norte del país es una grata experiencia. Ya sea que vayas a casa de tus familiares o te mueva el deseo de descubrir uno de los tesoros turísticos que encierra esta zona, es todo un deleite ir observando la hermosa vegetación que florece en sus alrededores.
Pero, además de las espectaculares áreas verdes que allí se observan, los paradores también llaman la atención de quienes recorren la autopista.
Y es que para cualquier viajero es imposible resistirse a detenerse en uno de los tradicionales paradores establecidos en la citada autovía y disfrutar de la amplia cartera gastronómica que ofrecen.
Las comidas que más se ofertan son delicias para “picar”, pero muchos también sirven platos fuertes de comida criolla.
Entre los productos que más se brindan destacan los dulces (de leche, coco, guayaba, naranja…), quesos, especialmente de hoja, panes, galletas y bizcochos; también son populares el cerdo asado y el chivo guisado.
Plaza Jacaranda
Una parada obligatoria rumbo al norte. “Surgió de la idea de Roberto Morales, Ángel María Núñez y César Domingo Núñez, quienes trabajando en Estados Unidos, veían este tipo de negocios en la carretera y se interesaron en crear uno en el país”, cuenta Nicolás Peña, gerente administrativo. Fue en el año 1979 cuando decidieron abrir el lugar. Con los años se ha ido ampliando, hoy ya cuenta con hotel, restaurante y cafetería. En cuanto a los platos resalta que el más solicitado del parador es el sándwich preparado con pan francés, y el dulce más buscado es la raspadura. También ofrecen concón de leche, dulce de naranja, guayaba, quesos, embutidos, galletas… Este parador está en el kilómetro 87 1/2, en Los Arroces, Bonao.
Turey
Ubicado en el kilómetro 58 del paraje La Cumbre, Turey es un parador emblemático de la carretera que conduce hacia el norte. La administradora e hija del fundador, Arabella Lopéz, recuerda que el negocio empezó con la venta de frutas. “Nazario López, mi papá, cosechaba mandarinas, toronjas, lechosa. Vendía estas frutas en un esquinita con una sombrilla; luego, como esta es una zona productora de quesos y dulces, le surgió la idea de vender esos productos”, narra. Turey, del vocablo indígena que significa cielo, tiene como especialidad las galletas y el queso de hoja, así como los dulces y yogur. También ofrece comida típica.
Típico Bonao
Este parador inició en 1962 de la mano de Óscar Santiago Batista. En la actualidad cuenta con dos locales, uno a la entrada de Bonao y el otro en el kilómetro 90 de la autopista Duarte. Allí se vende comida criolla, así como panes y dulces. Los platos que tienen más salida son el chivo al brandy, el filete de cerdo en salsa marrón y el “volteo” (viene en un bol de barro con arroz, picadillo de carne de res, pollo o cerdo, habichuelas, fritos y aguacate).
Papolo’s
Es uno de los paradores más jóvenes de la autopista, tiene solo dos años. De acuerdo con Miguel Ángel Núñez, gerente del parador, el nombre se debe al dueño, conocido cariñosamente como Papolo. Indica que se especializan en platos a la parrilla, comida criolla y picadera. Las preparaciones más solicitadas son: mofongo, sándwiches, guisos y los novedosos quipes de chivo. Se encuentra en el kilómetro 89 de la autopista Duarte, en Bonao.
Parador El Pino
Según su administrador Alejandro Morillo, en sus inicios El Pino era un parador muy pequeño y a través de los años se fue desarrollando hasta convertirse en lo que es hoy. Entre los productos que los viajeros pueden degustar menciona la comida típica y lo más emblemático, cerdo asado y sus derivados: longaniza, chuleta, chicarrón. Está localizado en el cruce de San Francisco de Macorís. Cabe destacar que en los alrededores existen varias casetas informales donde también se vende cerdo.
Miguelina
El solo hecho de entrar al área de comedor de esta panadería y repostería, ubicada en la sección La Ceiba, kilómetro 91 de la autopista Duarte, invita a disfrutar de un rico postre. Cuenta con una decoración con estilo “vintage”, con flores y mesas que denotan un ambiente muy acogedor. Fue fundada por los esposos Miguelina Mirabal y Félix García, quienes iniciaron un pequeño negocio elaborando productos dulces.
Hoy, además de postres, venden picaderas, jugos, pasteles en hoja…