62 de cada 100: ¡Estamos mal!

62 de cada 100: ¡Estamos mal!

FIDELIO DESPRADEL
Ya el señor Temístocles Montás había dicho, en el gran encuentro nacional de productores que se desarrolló en San Juan, dentro del marco de la reunión de la Junta Agroempresarial, que el Gobierno sabía que más del 60% de los dominicanos estaban por debajo de la línea de pobreza.

Parece que el señor Montás, el más listo de los voceros del Gobierno, conocía la encuesta Gallup-Hoy, que empezó a publicar este periódico el pasado lunes. Es una vieja forma de ablandar el auditorio, cuando algo muy grande se avecina.

¡Mal o muy mal encuentra la situación económica más del 62% de la población! Cuatro meses atrás, quienes tenían esa percepción alcanzaban el 43%. No me es posible escuchar la totalidad de las cantaletas de los centenares de comunicadores y periodistas que reciben jugosos sueldos, comisiones u otras formas de compra de conciencia, con los dineros del pueblo, pero los que he podido escuchar apelan a todo tipo de sofisma para esconder a esta realidad: ¡Que más de 60 de cada cien dominicanos sienten que la situación económica está mal o muy mal!

Se ha criticado mucho los centenares y centenares de millones de pesos de los dineros de los contribuyentes que gasta el Gobierno en propaganda y en la compra de la vil conciencia de esos comunicadores, pero hay que reconocer que esta propaganda ha logrado el milagro de “evitar el pánico”, “mantener la confianza”, produciendo el fenómeno  económico de que los que tienen cientos de millones de pesos que perder, se crean todo lo que dice el gobernador del Banco Central, y se hayan olvidado de las verdaderas cifras que adornan las falseadas cifras sobre crecimiento y demás yerbas que manejan los más altos funcionarios de este gobierno cibernético, y se hayan olvidado, que en este país, “cualquier día llueve”

Pero nuestro pueblo, a través de la mencionada encuesta, dijo varias cosas más, tan significativas como estos juicios sobre la verdadera situación económica del país. Dijo un significativo 60% y 53%, que lo que quieren es mayor inversión en educación y en salud. Y en lo referente al monumental metro, sólo un 0.9% de la población lo considera una inversión prioritaria. Todo esto lo que refleja es que el pueblo dominicano, mayoritariamente, sabe muy bien lo que necesita; sabe también que en todo país hay que establecer prioridades, y que en el nuestro, esas prioridades no pasan por el metro y demás barbaridades, sino que la salud, educación, la generación de empleos y la solución del problema energético, son las verdaderas prioridades del país.

Pero resulta que ni este Gobierno del PLD ni ningún otro gobierno que surja de los tres partidos que sirven los intereses de las cúpulas sociales y económicas que dominan, oligopolicamente nuestra sociedad, pueden enfrentar el grave problema de preparar la materia prima del desarrollo, como lo es la salud, la educación, la salubridad y la vida digna, para la gran mayoría de la nación. Y no están en capacidad para ello porque para enfrentar estos gigantescos problemas que nos están empujando hacía un abismo insondable, se requiere triplicar o cuadruplicar, por un período de diez o quince años, los presupuestos de salud, educación, seguridad social, y además, las partidas para apoyar a los productores nacionales (como hacen las potencias que nos están hundiendo); y estos gobiernos, el presente y todos los que puedan venir de esos tres partidos, no tienen los pantalones ni la voluntad política, ni de acabar con su creciente corrupción e impunidad, ni mucho menos, de imponer un sistema de impuestos a las ganancias, cambiando de raíz el actual sistema de impuestos indirectos (que todos pagamos por igual). ¡No se atreven ni tienen la voluntad política!

Su cultura es la de la corrupción, la del aprovechamiento del Estado para beneficiar a los sectores económicos oligopólicos, y para hacer millonario a todos los altos funcionarios. Su cultura es la de endeudar el país y cumplir al pié de la letra con el pago de toda deuda externa, para no poner bravos a sus jefes de fuera. La de seguir entregando el país a las cúpulas y al capital internacional.

¿Acaso no es eso lo que demuestran sus actuaciones? ¿Acaso no mantienen pegada con saliva esta supuesta estabilidad, mientras más de la mitad del país vive en la pobreza?

Pero su reinado no durará para siempre. Cada vez son más propicias las condiciones para la construcción de alternativas políticas al dominio que han ejercido los tres partidos, y las cúpulas económicas y sociales, en los últimos cuarenta y más años; más propicias para que un movimiento político, alternativo y de resistencia, se desarrolle en el país, y entonces, el filo de todas esas mentiras “empaquetadas en papel celofán”, se embotará, hasta hacer inútil la daga con que apuñalan, día a día, a nuestra Nación y su pueblo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas