El sociólogo Wilfredo Lozano y el abogado y político Pelegrín Castillo coincidieron en favorecer que República Dominicana ayude a Haití a crear mecanismos de prosperidad, que garanticen la estabilidad económica y la paz en la zona fronteriza.
Empero, advirtió que Dominicana debe preocuparse porque esa nación tenga una Policía más fuerte, aumente su número de agentes y su capacidad técnica, con medidas reguladoras en la frontera, que procure la seguridad del lado haitiano a la salida de su territorio de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah). Acusa al Estado dominicano de ser miope en la seguridad fronteriza.
Lozano, director del Centro de Investigación y Estudios Sociales (CIES), de la Universidad Iberoamericana, entiende que todo lo que ayude al ordenamiento racional de los vínculos domínico-haitianos debe apoyarse, “específicamente en el caso de un acuerdo comercial”, lo que califica como instrumento importante para poner orden en ese caos de las relaciones bilaterales en materia comercial”. Ve que en el tema migratorio, previo a cualquier discusión en general, “el Estado dominicano debe presionar para que del lado haitiano se avance en dar señales institucionales, respecto al proceso de documentación de sus nacionales”, tras manifestar que sin avanzar en este tema, se puede firmar cualquier acuerdo en materia migratoria, pero sin ser eficaz.
El profesional de la Sociología insta a que República Dominicana avance en la articulación de políticas institucionales que ordenen el tema migratorio, por lo que recomendó al Estado poner a funcionar de manera regular el Consejo Nacional de Migración, que ahora es un organismo de crisis, solo convocado en situaciones de crisis.
Castillo. El exdiputado y excandidato presidencial por la Fuerza Nacional Progresista criticó que Haití no cumpla los acuerdos que firma con Dominicana, y contrario al exembajador dominicano en Haití, Rubén Silié, afirma que en el territorio dominicano cada vez hay más haitianos, siendo menor la cantidad que opta preferir como destino a Chile o Brasil.

“El problema real es que queremos desconocer cuál es el problema. Haití tiene los problemas de un Estado fallido”, consideró. Sostuvo que muchos actores poderosos no quieren hacer ese reconocimiento, para seguir rehuyendo sus responsabilidades. “Hay una conspiración de silencio para ocultar ese drama doloroso , que obliga a un esfuerzo extraordinario para reconstruir las bases de esa nación”. Castillo recordó que por años ha abogado por un esquema de responsabilidad, que sin excluir a los haitianos, comprometa de modo serio a la comunidad internacional, en especial, las naciones que históricamente más pueden.