POR ARTURO RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ
Borat
Hace poco veíamos un interesante documental presentado por HBO que llevaba como título “Boffo” y giraba en torno a la posibilidad de predecir los éxitos y evitar los fracasos en el mundo del cine. Entrevistando importantes directores y actores, se llegaba a la conclusión de que tales cálculos eran prácticamente imposibles.

Los productores se empeñan en poner a grandes luminarias en el reparto de sus películas, pero eso no garantiza de ninguna manera el éxito del producto.

Una película sin actores famosos como fuera el caso de “Mi gran boda griega” puede convertirse en la gran sorpresa de su año y arrasar en la boletería, mientras que otra cinta basada en un “Best seller” con medio Hollywood en su elenco puede ser un fiasco de enormes proporciones como sucediera con “La hoguera de las vanidades”.

Nadie iba a apostar por “Borat”, pongamos el caso. Nadie conocía a nadie en esta producción. Y, sin embargo, “Borat”, que ahora llega a las carteleras dominicanas, está recaudando millones en todas partes donde se estrena.

Hay algo impredecible en este asunto del cine y ese algo se llama magia.

Que en los años cincuenta una peliculita en blanco y negro con actores feos y poco conocidos en su reparto se pudiera llevar el Oscar, resultaba inconcebible. Sin embargo, ahí está el caso de “Marty” que se le fue encima a muchas superproducciones en cinemascope y a todo color.

La hazaña se ha repetido muchas veces. David puede vencer a Goliat.

Piensen en “The last picture show” de Peter Bogdanovich. Y hay otras muchas.

Productores que se consideraban infalibles dejaron pasar la oportunidad de realizar películas que pudieron proporcionarles millones y millones de dólares.

Excelentes libretos fueron a parar a la papelera o pasaron de mano en mano hasta que alguien, inteligente o con buena suerte, se decidiera a apostar por él.

El triunfo de “Borat” se hace un tanto difícil de explicar. Talvez los americanos entendieron bien su sátira o aceptaron ese humor que no raya en el mal gusto, sino que cae deliberadamente en él. El caso es que el film, que no debió de haber costado casi nada, ha recaudado millones y millones.

Borat

(Título original: Borat, cultural learnings of America for make benefit glorious nation of Kazakhstan, Dir: Larry Charles, Int: Sacha Baron Cohen, Ken Dantian, Luenell, Pamela Anderson, Bob Barr, Alan Keyes)

Realizada a manera de pseudodocumental y con toda la mala fe del mundo, esta pequeña película, convertida ya en cinta de culto, ha creado un personaje tan torpe y extravagante como no se veía en la pantalla desde los tiempos en los que Peter Sellers encarnaba por vez primera al inspector Clouseau.

Reportero de esa ficticia nación misérrima vecina a Rusia, Borat, enviado por su gobierno, viaja a los Estados Unidos con el propósito de hacer un reportaje socioeconómico, pero termina persiguiendo a Pamela Anderson de la que se ha enamorado después de ver un episodio de “Los guardianes de la bahía”.

Chistes de todos los gustos y calibres, gags extravagantes y situaciones irreverentes en grado extremo hacen de este film algo realmente insólito, pero que no alcanza a colmar todas las esperanzas que habíamos puesto en él dados los comentarios de la prensa foránea.

Sacha Baron, estamos seguros, repetirá el personaje en otras entregas y puede tener una notable carrera como comediante.

Calificación: 3 (Buena)

La pequeña “miss sunshine”

(Título original: Little “Miss Sunshine”, Dir: Jonathan Dayton y Valerie Faris, Int: Abigail Breslin, Gregg Kinnear, Toni Colette, Alan Arkin, Steve Carell, Paul Dano)

Tanto “Borat” como “Little Miss Sunshine” son dos películas que pertenecen al subgénero de las “Road movies”. En ambas sus personajes toman la carretera para llegar a California con un propósito determinado: Conocer a Pamela Anderson o llegar a tiempo para la celebración de un concurso infantil de belleza.

“Borat” utiliza la geografía norteamericana de punta a punta, de Este a Oeste para criticar el racismo, la discriminación hacia la mujer, la sexualidad, la política y la religión entre otras cosas.

“Miss Sunshine” emplea el viaje para que una familia, cuyos miembros presentan muchos y complicados problemas, puedan expresar su amor y la necesidad que tienen unos de los otros.

Hermosa película de grandes actuaciones (La niña Abigail Breslin es una maravilla), posee una fotografía de primera y una musicalización impresionante.

Pero, por encima de todos esos elementos, está la ternura de su historia, la definición de los caracteres, el logro de llegar al espectador con el sentido de lo humano y de lo auténtico.

No desperdicie la oportunidad de verla. Ha sido estrenada casi por debajo de la puerta y pudiera desaparecer de las carteleras sin dejar huellas.

No lo permita.

Calificación: 5 (Excelente)